Nacida el 15 de febrero de 1931 en Buenos Aires, tuvo una larga trayectoria en el periodismo y ganó varios premios como el Konex y Martín Fierro, entre ellos el de Oro. También el Gran Premio a la Trayectoria de Vida de la International Women’s Media Foundation y el Diploma de Honor entregado por Congreso de la Nación Argentina. En 2018, fue distinguida como Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires por la Legislatura porteña.
En 1983, integró la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep). También formó parte de la investigación que se realizó en el centro clandestino que funcionaba la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), cuyas pruebas se volcaron en el documental “Nunca Más”.
Además, fue autora de varias obras como “Huésped de verano” y “Héroes de un país del sur”, y miembro de la Academia Nacional de Periodismo y del Club Político Argentino.
Sus primeros pasos en el periodismo los dio en su adolescencia, cuando trabajó en una revista de acción católica llamada Gente joven. Luego, pasó por las revistas Leoplan, Damas y Damitas, Vosotras y Maribel.
Fue movilera en el noticiero “Primera noche”, que condujo el periodista Antonio Carrizo. “Cubría muchos policiales y cuando había un crimen, me mandaban a mí: la última en haber entrado al noticiero”, contó en una ocasión.
En la televisión, su paso también dejó marca en el programa “Mujeres de hoy”, junto a la periodista Nelly Raymond, donde le propusieron dar el salto a “Buenas tardes mucho gusto”, donde compartió pantalla con míticas conductoras.
Durante el diálogo, Cueto se refirió al atentado sufrido por la vicepresidenta como un hecho simulado, tendiente a tener la «apariencia de un magnicidio».
En efecto, el entrevistado refirió que, según «su experiencia», el intento de magnicidio perpetrado tendría una «apariencia deliberada de un magnicidio para elevar la popularidad de Cristina Fernández de Kirchner», y que se trató de «un montaje político» y no un de «acto de agresión».
Las respuestas de Cueto, que no merecieron repreguntas o aclaraciones de ningún tipo por parte del entrevistador, manifiestan -según la denuncia- un mensaje tendiente a animar o estimular a la persecución o el odio contra Cristina Fernández de Kirchner y el sector político que ella representa, por ello se trata de expresiones prohibidas por el artículo 3 de la Ley Antidiscriminatoria.
Además, el texto refiere que las declaraciones de Cueto también configuran un mensaje de apología del delito, conducta que se encuentra penada por el artículo 213 del Código Penal.
El mensaje apologético, según la denuncia penal, «está configurado por la intención deliberada de generar confusión en la sociedad respecto al hecho criminal investigado por la justicia federal, restándole la gravedad y hasta negando su existencia. Al negar la existencia del intento de magnicidio, instalando la idea de un montaje político deliberado, se pretende justificar la comisión del hecho criminal perpetrado».
Las denuncias presentadas por Pietragalla Corti aclaran que, si bien la secretaría de Derechos Humanos no desconoce que estos tipos penales pueden entrar en colisión con el derecho a la libertad de expresión –lo que requiere ser sumamente rigurosos en su aplicación–, es su «deber institucional» formular estas denuncias penales frente a discursos de odio que no están amparados por la libertad de expresión y que atentan contra la democracia de nuestro país.