Murió Kirchner, pero el proyecto sigue vivo

Con una frescura y contundencia que me impresionó, Kirchner nos planteó la necesidad de construir para la Argentina un proyecto político que, haciendo eje en el peronismo, convocara a todas la fuerzas populares que querían reconstruir nuestro país. Hablo del fin del neoliberalismo como paradigma, planteó terminar con el FMI, de la necesidad de recuperar el empleo a través del desarrollo del mercado interno, de administrar el tipo de cambio, etc, etc. Habló más de una hora a un grupo de militantes que no conocía, salvo claro, a Eduardo Sigal. Por ello en algunas reuniones posteriores en la que pudimos compartir con el, le recordábamos, graciosamente, que nosotros éramos Kirchneristas de la época del 3%.
Desde ese día creí en el Flaco Kirchner, y por primera vez en más de treinta años de militancia, puedo decir que no me sentí defraudado. Porque luego de 7 años de gobierno de su proyecto quedó en su activo una Corte de Justicia Independiente, la nulidad de las leyes de punto final y obediencia debida, y por lo tanto el juicio a los represores. Fue el que terminó con la sumisión al Fondo Monetario y las políticas imperiales realizando una quita de miles de millones de dólares de la deuda externa, el que provocó la derrota del ALCA impulsada por Bush en el encuentro de las Américas de Mar del Plata del 2005, el que sentó las bases de un paulatino aumento del presupuesto educativo que nos permitió llegar al 6% del PBI, el que garantizó la jubilación de mas de dos millones y medios de adultos mayores que no tenían todos los aportes, fue el motor de la política económica que permitió generar mas de cinco millones de puestos de trabajo, el que recuperó la administración de los fondos de los jubilados para que dejaran de ser un negocio de los bancos, el que impulsó la ley de medios audiovisuales, el que acompañó la Ley de matrimonio igualitario.
Néstor Kirchner hizo esto y mucho más, siempre junto a Cristina, como dos cuadros políticos de excepción. Y cometió errores, como todo el que hace, pero realizó el aporte más importante que se le pueda hacer a la democracia, promovió del debate político, la confrontación de ideas. Generó expectativas en los jóvenes que están volviendo a protagonizar la vida pública.
Para aquellos que pregonan que gestionar lo público es un tema técnico, el pingüino les demostró que hacer política es tocar intereses, que para generar igualdad de oportunidades, como con la asignación universal por hijos, con las paritarias libres, hay que confrontar con el poder económico, y de eso se trata la democracia, que los que mas tienen aporten mas, para construir un país con justicia social.
Menudo merito ha tenido este flaco del sur. Nos toca a las mayorías populares continuar la senda, acompañar a Cristina y cuidarla de los que ya están conspirando, de los que quieren marcar la agenda. El pueblo avanzó en sus conquistas, pero todavía queda mucho camino por recorrer.

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