El jefe de Estado agregó que "un país que no ejerce su dignidad y soberanía no es un país, es una colonia de cualquier potencia".
Otro de los mandatarios de la región que se pronunció fue el presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien calificó el llamado del Secretario como "fuera de lugar" y sin consenso.
"No ha sido consultado con los países miembros y ni siquiera ha sido aprobado por el Consejo Permanente de la OEA que es el máximo organismo en ausencia o cuando no esté instalada la Asamblea General de la OEA”, sostuvo Correa.
Los movimientos de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (ALBA) también expresaron en un comunicado su rechazo a la actitud injerencista de Amalgro.
Mientras los parlamentarios del Movimiento de Participación Popular (MPP) y del Partido Comunista en Uruguay lo calificaron de ser un títere del imperialismo.
Asimismo, la escritora y periodista argentina, Stella Calloni, advirtió que este no es el papel que tiene un Secretario General y que "la OEA pasa a ser una organización golpista como siempre lo fue, como lo ha hecho en las intervenciones en América Latina y en los golpes de Estado promovidos en la región”.
Por su parte, la canciller de Colombia, María Ángela Holguín, afirmó que “hemos hecho mucho énfasis en que sean los venezolanos los que encuentren sus propias soluciones”.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, solicitó este martes el procedimiento para abrir la Carta Democrática del organismo contra Venezuela, un paso sin precedentes que abre un capítulo de nueva arremetida contra la nación suramericana.
En un informe de 132 páginas publicado este martes, Almagro recurrió al artículo 20 de la Carta para “solicitar la convocatoria de un Consejo Permanente de los Estados miembros entre el 10 y el 20 de junio de 2016”, para según él "atender a la alteración del orden constitucional y cómo la misma afecta gravemente el orden democrático” (del país), como lo versa el documento de manera subjetiva.
El titular de la OEA “sustenta” su afirmación de que esa supuesta alteración existe en las denuncias de la Asamblea Nacional de Venezuela, de mayoría opositora, y por sus mismas conclusiones parciales.
Con la activación de la Carta Democrática Interamericana se abriría un proceso de reuniones y votaciones que podrían acordar la suspensión temporal del Estado Miembro y del ejercicio de su derecho de participación en la OEA. Para que ello se materialice se requiere del voto de los dos tercios (23) de los Estados que conforman la Organización (35 países).