Monzón, el primo de Lencina, acusado de

abogados defensores, Juan Carlos Ferrari y José Iparraguirre respectivamente.No obstante, el fiscal Mario Silva resolvió exponerlos en una rueda de reconocimiento ante una nueva testigo de identidad reservada, cuyo nombre no aparece en el expediente y que tampoco fue expuesta a la vista de los defensores y otros funcionarios presentes.
La parte neurálgica de la investigación que se lleva a cabo por el secuestro de Fernanda Aguirre tuvo lugar ayer en el Juzgado Federal de Paraná, donde fueron trasladados en horas de la tarde Mirta Analía Chávez, la viuda de Miguel Ángel Lencina, y Raúl Monzón, primo de Lencina y ahora nuevo imputado en la causa.
El doctor Ferrari, en declaraciones a los medios, a la salida del juzgado Federal manifestó que la testigo reconoció a Chávez como la persona que realizaba una llamada telefónica desde la terminal de ómnibus, mientras estaba acompañada por Lencina y por Monzón.
Por su parte, el doctor Iparraguirre dijo desconocer lo declarado por la testigo de identidad reservada, debido al secreto de sumario instaurado pero sí confirmó que Raúl Monzón fue imputado como partícipe secundario. Para dar cabida a esta acusación, el fiscal argumentó que Monzón le dio cobijo a Chávez y a Lencina entre la 1 de la madrugada y las 4.30 del lunes 26 de julio, o sea el día siguiente del secuestro de Fernanda Aguirre.

Cuatro testigos comprometen a Monzón y Chávez

Existirían al menos cuatro testigos que confirman que Lencina y su mujer estuvieron esa madrugada en la casa de Monzón, lo que había sido negado por él en una declaración como testigo de hace ya más de una semana.
En ese momento, Raúl Monzón denunció haber sido víctima de apremios ilegales por parte de la Policía, a la que acusó de haberlo subido por la fuerza en una camioneta en la que dijo haber estado retenido por espacio de seis horas y donde mencionó que fue golpeado e interrogado, para luego ser trasladado a una dependencia de calle Laprida y finalmente llevado en calidad de testigo al juzgado Federal.
Esa declaración fue anulada ayer y, de aquí en más, Monzón ya no es considerado un testigo sino un imputado. Tras ser reconocido y abstenerse de declarar, el primo de Lencina, quien fuera detenido el lunes al mediodía en su vivienda de barrio Belgrano, fue trasladado en un móvil de Gendarmería hacia el destacamento de Estación Parera, levantándosele la incomunicación. Era común ver a Raúl Monzón en la zona de la Terminal de ómnibus, ya que la gente que se desenvuelve laboralmente en ese sector lo ha visto como maletero o haciendo algunas changas a cambio de monedas por cuidar autos o abrir puertas a pasajeros que descienden allí.

La pista de la prostitución

Lo que tratará de tamizar el fiscal Federal ahora, son las declaraciones testimoniales que ubican a quien o quienes estaban esa noche en la terminal de ómnibus junto a Lencina y Chávez, ya que otra de las versiones —una de las cuales surgió de la declaración anulada de Raúl Monzón— podrían situar en ese lugar a la hermana del nuevo imputado, María Rosa Monzón, quien vive en una finca lindante a la del nuevo imputado en barrio Belgrano y se la conoce como una mujer ligada al ejercicio de la prostitución.
Incluso, se comentaba ayer que María Rosa estuvo en contacto hace algunos meses con un proxeneta que reclutaba mujeres jóvenes en Paraná, a las que trasladaba a otros puntos del país, logrando llevarlas a un burdel de Mar del Plata de donde ella fue regresada al poco tiempo por sus hermanos que viajaron a buscarla.
Lo que trascendió también es que no sería muy buena la relación entre los hermanos María Rosa —quien también fue citada oportunamente como testigo en la causa— y Raúl Monzón, por lo que era más que necesario analizar las acusaciones cruzadas que podían llegar a propinarse.
Por lo pronto, los abogados Ferrari e Iparraguirre sugirieron a sus defendidos que se abstengan de declarar, lo que seguramente se extenderá en el caso de Monzón hasta que el juez Ferreira resuelva la situación procesal del imputado —rutina cuasi normal en los ámbitos tribunalicios— y le permita al representante legal interiorizarse del expediente para de esta manera tener elementos y plantear una estrategia de defensa en el supuesto caso de intentar apelar la medida.

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