Con el objetivo de relanzar la Línea Radical Entre Ríos (Lirer) ortodoxa, o “histórica” como prefieren que se la designe, un grupo de dirigentes se reunió el lunes en el departamento que el ex mandatario posee en la zona del Parque Urquiza.
Entre los presentes se encontraban su secretaria privada, María Emilia Vilar Laferriere; la ex funcionaria del Consejo General de Educación y ministra de Salud y Acción Social de sus últimos días, María Pinina Reyes; la ex diputada nacional María Elena Herzovich; el ex director de Información Pública, Guillermo Gegenschatz y algunos integrantes de la agrupación Movimiento de Trabajadores Radicales.
. Entre los que faltaron a la cita figuraron Rubén Villaverde, Fermín Garay, Sergio Avero y Enrique Carbó. Es decir, casi todos los miembros más importante de su antiguo Gabinete.
“Por lo visto, Villaverde y Avero siguen gozando de su confianza, aunque nadie justificó porqué no fueron convocados a la reunión. Dicen que Cuqui Garay no estaba en la ciudad, pero se descuenta su adhesión, entre otras cosas porque a él le confió su defensa por la causa que le inició la Fiscalía de Estado. Pero en cambio Carbó, es evidente que ya no es su protegido”, relató una fuente del entorno del caudillo.
Montiel juntó sus manos sobre la mesa, cruzando los dedos y los ilustró sobre sus auténticas intenciones. “La idea es rearmar y consolidar nuestro grupo político para disputar los procesos electorales internos del partido de este año”, empezó diciendo.
Con la misma convicción con que aglutinó a su tropa y se trabó en la compulsa electoral que le permitió presidir el Comité Provincial del radicalismo en 1988 –del que fue reelecto en 1992– Montiel entusiasmó a sus seguidores no sólo con la perspectiva de alcanzar el dominio del partido antes de fin de año, sino también con su proyecto de constituirse en candidato a diputado nacional en 2005. “Tenemos que dar batalla en todos los espacios, porque de lo contrario lo ocuparán nuestros rivales”, reconoció uno de los asistentes. De acuerdo al análisis al que arribó el primer concilio montielista, “la excesiva atomización”, de la UCR aparece como una coyuntura inmejorable para reagrupar a los militantes y referentes intermedios en torno de la propuesta de la Lirer.
El lunes a la noche se especuló con que el “desenlace natural”, de la actual situación partidaria derivará en dos opciones inversas para un mismo problema: cobrarán gravitación, cada uno por su lado, Sergio Varisco y Sergio Montiel. “La aparición constante de nuevas líneas y agrupaciones terminarán debilitando las pretensiones de esos referentes”, se dijo.
Se conversó largamente sobre las debilidades de la actual gestión y se barajó la estrategia con que deberán explotarlas. Por caso, se desmenuzaron las circunstancias que rodean el proceso de licitación de 51% de las acciones Clase A de la Empresa de Energía de Entre Ríos (Edeersa).
Algo similar sucedió con la relación Provincia – Nación. Según vislumbra el montielismo, Néstor Kirchner no ha tenido “gestos de simpatía”, más allá de lo estrictamente protocolar, para con el gobernador. De allí que alguno propusiera hacer centro de las críticas las diferencias que puedan aflorar entre ambas gestiones. No faltó quien propusiera incitar la pelea vía las recientes declaraciones contra Busti proferidas por el diputado nacional Miguel Bonasso, en virtud de su conocida amistad del escritor con el Presidente. “Hay que tener cuidado con estas cosas, porque si bien todo suma, a veces cuando el ataque viene de afuera no hace más que estrechar las alianzas entre los más conspicuos enemigos”, advirtió otro de los presentes.