En un reportaje concedido a un medio santafesino, Moine dijo que “hay que ir a ver la pobreza para darse cuenta de cómo vive mucha gente. A la pobreza hay que verla para que duela y, si duele, volver y decir qué puedo hacer yo frente a esto”.
En tono autocrítico, el empresario hotelero reconoció: “como yo había realizado una buena venta logré comprarme un auto de 95.000 dólares, y con ese anduve por los barrios, hasta que me dije al ver la pobreza: Tato, dónde estabas; y estaba sentado en grandes autos hasta que me di cuenta”.
Además, el ex-gobernador aseguró que “uno en los barrios ve a gurisas de 23 años con cuatro o cinco hijos, totalmente descalcificadas y que a los 40 años ya son viejas”, por lo que sugirió “empezar a ver al de al lado; mirar a quienes tengan servicio doméstico, cómo vive esa empleada, que en Santa Fe hay 15.000 ó 20.000 personas de servicio doméstico, porque ese es el inicio de una tarea solidaria”.
Más adelante, también expresó que “cuando dejé la Gobernación me cuestioné seriamente por la creación de más comedores escolares, que habían sido creados por Busti en 1988 en plena crisis. Hemos fallado, porque con esa medida, en lugar de ser otra la solución, hemos creado una generación de chicos sin padres, que comen afuera del hogar”.
Finalmente, Moine sostuvo que cuando se refiere al tema de la pobreza, hay tres personas que lo marcaron fuertemente: el ex arzobispo de Paraná, Estanislao Karlic; el fallecido obispo de Santa Fe, Vicente Zazpe, y el sacerdote santafesino Atilio Rosso.