Según el diario, el jueves Plutarco llegó a la casa de Sofía para recogerla y llevarla al balneario La Aguagua, donde celebrarían el cumpleaños de este. "La pareja, en compañía de varios amigos en común, comieron y tomaron, esperando que a las 6 de la tarde María José arribara de Tegucigalpa para unirse a la fiesta privada que tenían en el centro de recreación", señala El Heraldo.
Finalmente, la Miss Honduras llegó y se unió a la fiesta pero la pesadilla para las hermanas empezó a las 9 de la noche. "Una discusión entre Sofía y Plutarco interrumpió la alegría que reinaba en la fiesta de cumpleaños", relata El Heraldo.
"Al calor de las copas, los ánimos se caldearon. Según los relatos, pese a que los amigos intentaban calmar a Plutarco y bromear por el mal momento, el enojo se reflejaba en su cara, enrojecida por la cólera", sigue el diario.
¿Qué hizo enfurecer a Plutarco? Según relatos de los testigos, Sofía quería dejar la fiesta en compañía de amigos con los que departía en el lugar. A las 11:00 de la noche la discusión se salió de control y los gritos subieron de decibeles.
Sofía insistió con irse del lugar, lo que enfureció aún más a Plutarco, quien sacó su arma y le disparó.
De acuerdo con las fuentes de El Heraldo, el crimen ocurrió en plena pista de baile y ante la mirada aterrada de los invitados. Muchos de ellos optaron por salir corriendo del lugar.
Quien se quedó fue María José, quien al ver a su hermana herida se abalanzó sobre su cuerpo ensangrentado, al tiempo que increpaba a Plutarco.
"Tras los reclamos y acusaciones, Plutarco no dudó en matarla también y mientras María José abrazaba a su hermana herida sollozando con miedo de que muriera, el que consideraba su cuñado le disparó a ella por la espalda, relataron los testigos a los cuerpos policiales", narra "El Heraldo".
Luego, Plutarco amenazó a los testigos que quedaban y, con la ayuda de otra persona, sacó los cuerpos y los subió a una camioneta. Terminó enterrándolas cerca a un río. Ayer las encontraron.
Teresa Muñoz, madre de las jóvenes, dijo mientras sus hijas estaban desaparecidas que unos vecinos le contaron que Plutarco era muy celoso y problemático cuando se emborrachaba.