Millones que también fueron Charlie

La marcha comenzó encabezada por los familiares de las 17 víctimas mortales, seguidos de decenas de líderes mundiales. En las pancartas figuraba el lema "Je suis Charlie" (Yo soy Charlie), convertido en proclama de apoyo a los 12 fallecidos en el atentado del miércoles contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo en París. Muchos manifestantes levantaban grandes lápices en señal de defensa de la libertad de expresión.

El palestino Mahmud Abas y el israelí Benjamin Netanyahu acompañaban al presidente francés François Hollande, así como los dirigentes de numerosos países europeos, incluyendo la alemana Angela Merkel, el británico David Cameron y el español Mariano Rajoy.

Los líderes mundiales se reunieron cerca de la abarrotada Plaza de la República, de la que partió la manifestación. Tras recorrer varios metros juntos, Hollande abrazó a muchos de los jefes de Estado y de gobierno, entre ellos también al ucraniano Petro Poroshenko. Después de unos quince minutos los mandatarios extranjeros abandonaron la manifestación, mientras que Hollande permaneció en el lugar y habló con los familiares de las víctimas.

La Plaza de la República, inmensa explanada en la que caben decenas de miles de personas, estaba ya abarrotada dos horas antes de empezar la manifestación. Los manifestantes enarbolaban pancartas con consignas de resistencia, como "Empuñen sus bolígrafos", "Libertad, igualdad, dibujad, escribid" y la ya célebre frase "Yo soy Charlie".

Bajo un sol radiante en pleno invierno, los manifestante cantaban "La Marsellesa", el himno nacional francés, y gritaban "¡Charlie, libertad!" y "¡Viva Francia!. Según los cálculos del gobierno francés, se trató de la movilización más grande en la historia del país: más de dos millones de personas marcharon en París, mientras que otro millón y medio se manifestó en otras ciudades francesas.

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