“En enero, la bolsa de harina de 50 kilos costaba 270 pesos, es decir que las 100 bolsas nos salían un total de 27 mil pesos, para lo que necesitábamos vender 525 kilos de pan. En junio, esa misma bolsa cuesta 800 pesos, con lo que las 100 bolsas equivalen a 80 mil pesos y se necesitan 1600 kilos de pan para cubrirlo. Aumentó un 30 por ciento nuestra principal materia prima, lo que hizo que, junto a los tarifazos y la baja del consumo, muchas familias bajaran persianas. Ante la falta de respuestas, nos vemos obligados a hacer un nuevo ‘panazo’ en reclamo de una bolsa de harina a 350 pesos”, fue el planteo central de los panaderos.
La suba del precio de la harina (y por consiguiente del pan y de todos los otros derivados) se explica por una conjunción de factores, entre los que se destacan la devaluación del peso, la eliminación de las retenciones al trigo y la retención de la cosecha por parte de los productores.
El ministro de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, Leonardo Sarquís, criticó a los panaderos porque consideró que “el problema es la ilegalidad, hay panaderías ilegales en la provincia de Buenos Aires”. De todas formas, el funcionario dijo que “algo hace ruido y como gobierno provincial me reúno para ver qué podemos hacer. El trigo subió en los últimos meses lo que no subió en un año”.