La policía dijo que unas 13.000 personas asistieron a la manifestación en la céntrica plaza Syntagma, la principal de la capital de Grecia, que se desarrolló en un ambiente pacífico y en la que se vieron también a varios ministros vestidos con ropa casual.
En respaldo a la posición del premier, que ha pedido un voto por el "no", los asistentes optaron por ignorar las restricciones bancarias que entraron hoy en vigor y volvieron a exigir el fin de las políticas de austeridad y la autodeterminación del pueblo griego.
A diferencia de otras manifestaciones, sobre todo las del partido comunista donde se exigía la salida de la eurozona, ésta abogaba por la permanencia en el euro, pero dentro de una Europa diferente.
"Ni un paso hacia atrás", "No al terrorismo de la Unión Europea", "Pueblos de Europa, todos unidos" o "El domingo tomamos el futuro en nuestras manos" eran los lemas de algunas de las pancartas que se podían leer en esta primera concentración celebrada al comienzo de la campaña del referéndum.
En la manifestación junto a otros miembros del gobierno, el ministro de Trabajo, Panos Skurletis, dijo a la agencia de noticias EFE que "si la respuesta del domingo es un claro 'no', tendremos un buen lunes".
La tesis del Ejecutivo de Tsipras es que, si logra un claro apoyo de la población, podrá retornar a la mesa de negociaciones con un mandato más fuerte, posición que no parecieron compartir diversos líderes de la eurozona y de las instituciones europeas. Entre ellos estaban el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, o la canciller alemana, Angela Merkel, quienes recomendaron más o menos abiertamente el "sí", como única vía para poder alcanzar todavía un acuerdo.
"Es una provocación, son unos tramposos", dice Yorgos, un jubilado de 67 años, al ser preguntado sobre cómo se toma la recomendación europea. "El pueblo tiene que dar un rotundo 'no' a este tipo de capitalismo negro, esto tiene que acabar de una vez", añadió en declaraciones. "Luchamos por el euro, por la democracia, por nuestras vidas, por nuestros hijos, por eso este domingo votaremos 'no'", apunta Kostas, de 45 años.
Para Jonathan, un abogado especializado en deuda financiera, el domingo constituye una oportunidad para demostrar que "Europa puede ser una Europa de los pueblos y no de los bancos" y lograr "transmitir esta idea a los líderes de la eurozona".
"El pueblo griego será el bastión para salvar Europa, luego vendrán España, Portugal, Francia, Alemania… Si no cambia Europa, la eurozona está muerta", sostuvo.
(Télam)