Caso curioso si los hay. Los médicos patólogos concordienses, Miguel Angel Prince y Lily Herrera de Prince, integraron el exclusivo grupo de médicos de 20 ciudades del mundo de los 5 continentes, elegidos por la Agencia Internacional de Investigaciones del Cáncer (IARC, con sede en Lyon Francia), dependiente de la Organización Mundial de la Salud, para estudiar la posibilidad de crear una vacuna contra el cáncer de cuello de útero: el segundo cáncer más difundido en los países subdesarrollados.
El resultado fue fantástico, los diarios del mundo acaban de dar cuenta que ya existe una vacuna contra el virus del Papiloma Humano (HPV). La pareja de patólogos mencionados, contribuyó a este fantástico descubrimiento, pero…y aquí lo paradójico, el tema en nuestra provincia parece querer ocultarse. Es que, Prince es portador de otro virus, el “virus montielista”, razón suficiente como para aislarlo y, quizá, impedir que contamine, aunque se trate de un virus probadamente inofensivo e intransmisible.
Es que, Prince fue Subsecretario de Salud en el anterior gobierno (2000/03) y, obviamente, militante radical, incluso ex presidente del comité departamental de la UCR de Concordia. A pesar de tantos virus, Prince fue jefe del departamento patología del Hospital Felipe Heras cuando era el único hospital de referencia, lugar al que accedió por concurso.
Sin embargo, pese a los pergaminos, los Prince, quedaron recluidos en el hospital Heras, aburridos y con casi una única tarea: hacer “papanicolau”. Nada de biopsias ni de estudios más complicados. A diferencia del resto del personal médico, los Prince no fueron trasladados al nuevo hospital Masvernat. Allí nombraron a dos patólogos de Chajarí que dejaron fuera de juego a quienes fueron elegidos por la organización dependiente de Naciones Unidas, e incluso, llegaron por concurso a ser jefes del departamento respectivo.
¿Cómo se descubrió la vacuna contra el cáncer de cuello de útero?
La Organización Mundial de la Salud, a través del IARC, (Agencia Internacional de Investigaciones para el Cáncer), con sede en Lyon Francia, descubrió la enorme incidencia del cáncer de cuello de útero en las mujeres de los países más vulnerables del mundo. Sabía a su vez, que esa enfermedad era producida por el virus (HPV) conocido también como virus del “Papiloma Humano”, sin embargo, debía distinguir cual de todos los tipos de virus era el más común.
Para hacerlo, contactó a médicos patólogos, epidemiólogos, etc. de 20 países de los cinco continentes a los efectos de que realicen una investigación científica que descubra cuál es el HPV más común. Así fue como Prince y Herrera quedaron encargados de realizar esa investigación. En rigor, junto a un equipo de médicos colombianos, fueron los únicos de toda América del Sur.
En el caso de Concordia se trató de una movida interdisciplinaria de la que participaron visitadores sociales, ginecólogos, comunicadores, etc. participaron por ejemplo 14 ginecólogos concordienses tanto en el hospital como en la Cruz Roja.
Los trabajos de investigación comenzaron alrededor del mes de Septiembre de 1997.
Esta investigación descubrió que los HPV más agresivos son cuatro y se los clasificó con números : HPV-16 ¸18 ; 31 y 45.
Hasta antes de esta investigación se sabía que se trataba de un virus de transmisión sexual, sin embargo tanto en Concordia como en varios lugares de los cinco continentes en los que se investigó, se descubrieron mujeres vírgenes portadoras del virus, dos en esta ciudad lo que representa casi el 2 %o ya que se investigaron a 1200 mujeres.
¿Porqué Prince-Herrera y no otros?
Desde el año 1990 ambos profesionales concordienses trabajaban en un Registro de Cáncer (todo tipo de cáncer, incluido el de cuello de útero), en rigor, el único registro conocido en la Argentina, por lo menos hasta ese año, 1997.
Esos siete años de trabajo en el registro, habían demostrado a su vez, la altísima incidencia del cáncer de cuello de útero en las muertes. A modo de ejemplo podemos decir que en el año 2000 en Concordia las muertes por esta enfermedad alcanzaban una cifra que nos recordaba la pertenencia al tercer mundo. Era del 30, 6 por cada cien mil.
A modo de comparación y a los efectos de corroborar que se trata de una enfermedad que afecta más a los países pobres, podemos aportar que este mismo estudio señala que en Canadá la incidencia es de 6,4 por cada cien mil y que, en Goiania Brasil es del 38,2 por cada cien mil o en Zimbawe del 55 por cien mil.
Un dato que habla de los nuevos tiempos es que Concordia, en el 2000, figuraba con un índice 30,6 por cien mil, mientras que, ahora, bajó a 20,2. Es de destacar que en las localidades de Feliciano, Federación y Federal es donde más se detectaron casos de cáncer de cuello, respondiendo así al patrón general. Los mencionados departamentos pertenecen al grupo de los más pobres y atrasados de la provincia, junto a Concordia, claro.
Nadie es profeta en su tierra
En primera instancia es necesario señalar que Prince-Herrera fueron los primeros médicos patólogos que hubo en la provincia de Entre Ríos.
Al tiempo de llegar a Concordia comenzaron a trabajar en el Hospital Heras. Así, Prince y Herrera fundaron el servicio de patología que, obviamente, no existía. El primer instrumental de ese servicio (microtomo, microscopio, etc.), fue aportado por ellos, formaba parte de su laboratorio privado. Luego, participaron de un concurso para acceder al puesto de jefe de servicio, fue así como Prince llegó a jefe del servicio que él mismo había creado.
Desde el año 1990, ambos profesionales organizaron el primer registro de tumores de cáncer que existió en el país. Trabajaron durante 7 años, en rigor, el antecedente inmediato antes de participar en la investigación encarada por la Organización Mundial de la Salud.
Antes de ser elegidos para participar de ese proyecto, integrantes de la Agencia IARC visitaron Concordia, venían de Lyon Francia, lo hicieron en por lo menos 6 oportunidades, querían conocer in situ el estudio y el registro que ya había en esta ciudad. Entre los visitantes,estuvieron en Concordia Paola Pissani de nacionalidad italiana y segunda en la jerarquía de la IARC, también estuvo aquí para conocer el trabajo que se realizaba, Nuria Muñoz, experta en el cáncer de cuello uterino de la Organización Mundial de la Salud.
Finalmente, fueron designados para realizar el trabajo de investigación, analizaron la situación de 1200 mujeres seleccionadas mediante el método de le Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC y entregaron el trabajo a la Agencia dependiente de la OMS.
Así, esa investigación, junto a los otros 19 estudios en el resto del mundo, hicieron posible el fabuloso descubrimiento de la vacuna contra ese cáncer.
Algunos años después de participar de esa investigación, pero antes del descubrimiento de la vacuna, más precisamente en el anterior gobierno (2000/03) de signo radical, Prince fue designado Subsecretario de Salud. Aunque lo intentó, su paso por ese gobierno no le sirvió de mucho, la fenomenal crisis económica, Montiel y los bonos federales no ayudaron demasiado a su prestigio.
Finalizada su tarea en el gobierno, regresó a su trabajo de jefe de servicio del hospital Heras, lugar y puesto en el que continúa a pesar de que ese hospital pasó a ser casi un centro de salud, pues el hospital de alta complejidad y de referencia regional es, ahora, el Masvernat;en rigor, el lugar a donde fueron a parar todos los médicos (menos él y Herrera), que antes prestaban servicio en el Heras.
El nuevo gobierno decidió ponerlos en penitencia y la penitencia consistió en aislarlos, impedir que trabajen en lo que saben y así también, impedir que aporten a la salud de la población. Tienen el mismo cargo y el mismo sueldo, pero hacen el 10 % de lo que hacían
Como en el Heras ya no se hacen más cirugías, los Prince no analizan tumores, quedaron para hacer papanicolau y, según sus propias palabras, se aburren. En tanto, en el Masvernat este gobierno nombró a otros médicos, que trajeron de otra ciudad y sin realizar el concurso correspondiente.
La paradoja es esta : los Prince son reconocidos en el mundo, integraron, nada más ni nada menos que el grupo de investigación que logró la vacuna contra el cáncer de útero que comenzará a aplicarse en el mundo entero. Pero esto es así para el mundo, en Concordia y en Entre Ríos, la discriminación puede más. No es de descartar que en poco tiempo más a los Prince se los mande a lavar los platos.