El despacho de comisión que llegó al recinto estipulaba que el art. 2º disponía la creación de una “comisión especial” conformada por tres miembros del Honorable Concejo Deliberante y cuatro del Departamento Ejecutivo que tendrá como finalidad “definir la reubicación y posterior traslado del mercado de Pulgas a otro predio”.
Era un secreto a voces que el bloque del PJ iba a pedir que se elimine la referencia a un traslado, e iba a solicitar el estudio del predio existente para, eventualmente, permitirles seguir instalados en ese lugar luego de efectuar algunas remodelaciones. Los concejales Martín Santana y Heriberto Pezzarini fueron quienes hicieron la propuesta para eliminar o modificar la referencia al traslado del mercado.
Lo que no estaba en los cálculos es que el oficialismo iba a estar en notoria desventaja numérica, porque faltaron los ediles Mireya López Bernis, Roberto González y Mónica Galli. De haber estado unida la oposición, hubiesen podido aprobar el despacho por mayoría simple. No obstante, Ricardo Zubillaga (Nuevo Espacio) pidió que el proyecto pase de nuevo a comisión para ser modificado “buscando la mejor solución para los trabajadores del Mercado”. Su compañera de banca, Gladis Tribulatti, también consideró inconveniente aprobar el proyecto. “No se puede hablar en un término tan duro como es erradicar cuando no se les dice adonde se los piensa llevar”, explicó.
Alrededor de 20 vendedores llevaron al recinto una carta para que los ediles le dieran lectura y, posteriormente, siguieron de cerca el debate. En la misiva, los vendedores aseguran que del mercado depende el sustento diario de sus familias y la educación de sus hijos. “Podemos probarles que del mercado de Pulgas depende nuestro plato de comida diario”, señalan. Admiten que el predio tiene falencias y les piden ayuda para mejorarlo.
“Bomba de tiempo”
Wdowiak, al principio, defendió el despacho de comisión. “Hace escasos días nos hemos ruborizado por la muerte de seis personas de origen boliviano que trabajaban en estado de esclavitud (debido a un incendio en una fábrica textil clandestina en Buenos Aires). Estas fábricas son las que fabrican mercadería que se redistribuyen en determinados lugares de Capital Federal de donde se nutren los mercados de pulgas”, expresó durante el debate.
El edil expresó que la intención del Concejo no es quitarles la fuente laboral, sino “llevarlos a un lugar que tenga condiciones de salubridad, higiénicas, edilicias; incluso para resguardar la condición física de esos puesteros”. Advirtió la posibilidad de que el mercado se incendie, “porque eso es una bomba de tiempo”.
Wdowiak, finalmente, se resignó y aceptó la propuesta del oficialismo. Los concejales justicialistas, además, propusieron un proyecto de resolución invitando a los vendedores del Mercado de Pulgas a una reunión. Wdowiak propuso invitar a la Asociación de Amigos de la Peatonal y al Centro de Industria y Comercio, pero los vendedores se oponen.
La extensión de la peatonal, aprobada
El proyecto de ordenanza asegura que el predio padece deficiencias higiénicas, sanitarias y de seguridad. “Dista de ser el atractivo comercial que deberíamos esperar para el lugar, se advierte desde cualquier óptica la contaminación visual y arquitectónica que representa”, asevera.
El proyecto define como “pésimo y preocupante”, al estado del mercado; “no ofrece garantías mínimas de seguridad necesarias”, añade. Las instalaciones complementarias son “inexistentes”, rotula como “precarios” los servicios de electricidad, agua y gas; hay ausencia de matafuegos y goteras en los techos de chapa. Incluso, menciona “peligro de derrumbe”.
Por otra parte, plantea el reordenamiento de los puesteros para que, en su nueva ubicación, cada uno sea propietario de un solo puesto. “Se erradicaría privilegios y subalquileres ilegales que como práctica desvirtuada se viene dando en la actualidad”, expresó.
El proyecto, en esencia, propone extender la peatonal una cuadra hacia el sur, hasta la intersección de Entre Ríos con Buenos Aires y Quintana. Entre los considerandos, se argumenta que existen “graves embotellamientos” en esa cuadra, sobretodo los fines de semana. Además, se arguye que la casi totalidad de las propiedades son locales comerciales, y se favorecería el funcionamiento del Cine-Teatro Odeón.
El artículo 3º quedó tal como había sido redactado. Allí solicitan a Inspección General un relevamiento de los locales existentes al 1º de marzo 2006.