La información fue confirmada por el fiscal Guillermo Lega durante una entrevista radial en la que aseguró que Carlos Menem se sumó a los otros cinco procesados por el supuesto delito de «estrago doloso agravado por muerte»: los militares retirados Carlos Franke, Edberto González de la Vega, Jorge Cornejo Torino y Marcelo Gatto y el ex subinterventor de Fabricaciones Militares Norberto Emanuel.
Aquel estallido, como demostró la pesquisa, buscó borrar las huellas de la desaparición de material bélico vendido ilegalmente a Croacia, una operación considerada de contrabando por la que el ex presidente fue condenado.
Las explosiones en la fábrica militar de Río Tercero comenzaron en la mañana del 3 de noviembre de 1995, con el incendio de un tambor de trotyl, y siguieron todo el día. En un depósito volaron en pedazos ametralladoras, proyectiles y morteros. La onda expansiva hizo que restos del material bélico quedaran incrustados en las casas y en la calle, mientras estallaban vidrios por doquier, caían puertas y ventanas. Los obreros de la planta pudieron sobrevivir, pero en el pueblo murieron siete personas, trescientas quedaron heridas y las casas de los barrios más cercanos, en ruinas.