Muzzachiodi fue elegido consultor de la Asociación Ornitológica del Plata, para constituir un nuevo proyecto de conservación y defensa de aves silvestres entrerrianas. Visitó Gualeguaychú para monitorear especies de la zona, y allí contó con el apoyo de los profesores Silvio Arenas y Mariana Bassi, actuales integrantes de la Asociación Guardafaunas Gualeguaychú.
Entre las especies en riesgo que habitan a lo largo de la provincia, Fernández destacó el cardenal amarillo: “Se trata de un ave declarada monumento nacional y provincial; es emblemática. Sin embargo esta amenazada”, dijo.
Además mencionó el federal, que habita en zonas de pastizales y terrenos anegadizos, como Villa Paranacito. “Hoy en día, es una casualidad verlos”, reflexionó. En cuanto a especies menores, mencionó a las corbatitas y las cabecitas negras.
El tráfico de aves representa un gran factor de peligro: según las estadísticas de Aves Argentinas, la compraventa de tordos amarillos mueve un negocio importante. Se estima una extracción de 50 a 60 parejas en forma mensual. “Estamos perdiendo anualmente más de 600 bichos de setiembre a enero, que es la época en que se encuentra en bandadas en esta zona”, afirmó Muzzachiodi. Según explicó, al tordo amarillo se lo ve en pajarerías de Buenos Aires. “Hay una demanda a través de avisos. Se habla de 50 a 60 pesos por pareja”, precisó tras señalar que el animal es buscado por su color y canto, al margen de ser “un bicho raro”.
En este sentido, si bien Fernández aclaró que están realizando avances en materia de control, confesó que la tarea es muy difícil.
Por otra parte, el funcionario provincial hizo referencia a otro inconveniente que se está produciendo en cuanto a la preservación de las aves y es que “hay demasiada intromisión del hombre en sus espacios naturales”. Como consecuencia, cualquier especie silvestre tiene dos caminos: “Adaptarse o buscar otros lugares para vivir”, explicó significando que la modificación de sus hábitat muchas veces las expulsa a otros medios.
Esta aseveración condice perfectamente con el comentario de Arenas, que consideró muy grave la destrucción del hábitat natural de la aves y lo ligó con el fenómeno de la agriculturización. Generalmente, estos animales “viven en ambientes de pastizales, y cada vez hay menos”, graficó por último.
Fuente. Diario Uno