Se trataría del propio Aguirre, quien desapareció de la casa de calle Laprida y Castelli donde convivía con Da Silva Souza.
El joven sospechado quedó comprometido luego de allanamientos y hallazgos de elementos que lo podrían relacionar con la causa, entre estos, vestimentas manchadas con sangre.
Si bien, conociendo las actividades de la víctima y pensándose en un momento que el hecho podría haberse relacionado con un descontrol en algún ritual esotérico, los indicios que marcaron el estado de sospecha contra Aguirre deja abierta también la hipótesis del presunto crimen pasional como móvil único.
Con relación a cuál fue el escenario del crimen, pensándose en un principio que Da Silva Souza pudo haber sido asesinado en algún lugar de la ciudad y luego su cuerpo trasladado hasta el arroyo y arrojado a las aguas, se confirmó que el hecho ocurrió en cercanías del arroyo, por lo que no existió traslado del cuerpo, sino que sólo lo arrojaron al agua tras propinarle siete puñaladas en distintas partes del cuerpo.
Cuando ocasionales paseantes observaron el cuerpo flotando en el agua dieron aviso a las autoridades policiales y tras ser rescatado, en horas del mediodía se constató que la muerte databa de al menos 12 horas antes, por lo que se piensa que el hecho se produjo en la noche del jueves.
Investigadores de la División Homicidios de Paraná viajaron ayer a Concordia para colaborar con sus pares de esa ciudad, mientras la Justicia ordenó la captura de Aguirre, en el convencimiento de que existen sobrados elementos para sospechar de él.
