Massa: el peligro de caer en el Plan B

Hay quienes dicen que el gobierno es torpe y se equivoca. Eso no es del todo cierto. El gobierno tiene un rumbo. En todo caso se equivoca en cuanto a la dosis. Sabe lubricar junto a los medios amigos el humor social. Un video oportuno, un titular o un zócalo de televisión pueden poner en sordina reclamos puntuales, manifestaciones por despidos en alguna fábrica, temores, angustias. El gobierno tiene un rumbo. Sólo se equivoca a la hora de manejar la dosis. Se mostró hábil para aprobar leyes de fondo como (valga la redundancia) el pago a los fondos buitres, o la ley que pone en peligro el futuro de los jubilados, llamada ley ómnibus. Pero fue torpe al manejar el tarifazo.

Su discurso de la “pesada herencia” no fue suficiente y la gente se hartó. La gente ya tenía señales claras cada vez que miraba los precios de las góndolas, pero se confortaba pensando que era algo pasajero. El segundo semestre llegó y no hubo luz en el túnel que la entusiasmara. Antes iba perdiendo la ilusión en cómodas cuotas, pero se mostraba al menos expectante, el Ahora 12 de la esperanza funcionaba. Pero llegó el tarifazo y fue demasiado grosero, demasiado sin sentido como para que se siguiera creyendo que era un problema coyuntural o la maldita herencia. Y lo manifestó en la calle, a lo largo y lo ancho del país. A lo largo y a lo ancho de los sectores sociales.

Incluso dentro del mapa macrista. A pesar del silencio de los medios que intentaron en vano el ninguneo . Los mismos medios que en varias ocasiones, durante el gobierno anterior, hacían un festival de avances de cada cacerolazo contra el gobierno kirchnerista y al que sólo le faltaban promotoras con gorrito con folletos sobre cómo voltear la “dictadura K”.

Llega el presente, luego del cacerolazo. El establishment, los que verdaderamente mandan, el poder económico, se preparan para resistir y al mismo tiempo, ir pergeñando el plan B. Massa hace los deberes para ser el elegido para ejecutar ese plan. Tiene los avales de la Embajada, tiene cualidades de buen comunicador, se ha movido bastante bien y los medios de comunicación lo han ayudado a disimular ese discurso inconsistente pero tentador para los sufrientes y desencantados ciudadanos, asqueados con los puntuales casos reales de corrupción del gobierno kirchnerista y con los inventados y exacerbados por esos mismos medios. El plan B está agazapado, pero está ahí. Esperando que madure el momento. Entretanto, en el peronismo no kirchnerista se siguen reacomodando y en el kirchnerismo puro se hace lo que se puede. Losmedios mandan y si la gente no reacciona, no hay magia.

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