Más testimonios vinculan al represor Appiani con las torturas

En su quinta jornada, la etapa de plenario de la causa Área Paraná volvió a tener como eje el rol del represor Jorge Humberto Appiani durante las sesiones de tortura a que eran sometidos los presos políticos. Además surgió otra vez el nombre de quien fuera director de la Unidad Penal 1, el imputado José Anselmo Appelhans, quien habilitaba los traslados de los detenidos hacia los tormentos ejercidos mediante golpizas o picana eléctrica.

Dos testigos-víctimas comparecieron este martes ante el juez federal Leandro Ríos y ratificaron sus anteriores declaraciones testimoniales. En esta causa se investigan desapariciones, privaciones ilegales de la libertad y torturas contra 52 víctimas, entre otros delitos de lesa humanidad cometidos en la región durante la última dictadura cívico-militar. Están acusados ocho exmilitares, penitenciarios y policías, ninguno de los cuales estuvo presente en la sala.

Carlos Isidoro Weinzettel cuenta con siete declaraciones en el expediente y a ellas este martes sumó la octava, que consistió en la ratificación de las anteriores sobre la base de las observaciones presentadas en su momento por el imputado Appiani, quien ejerce la autodefensa.

Weinzettel dijo que escuchaba “permanentemente la voz de Appiani” mientras estuvo “14 días en la parrilla”, como se denominaba a la cama a la que eran esposados quienes sufrían descargas eléctricas en el cuerpo. El represor era quien lo interrogaba en ese lugar que el testigo identificó como una edificación en una zona de campo. Esa voz, percibida en aquellas condiciones, le quedó grabada y le resultó “inconfundible” cuando lo volvió a escuchar y lo vio actuando como auditor en los Consejos de Guerra.

Además de ese centro clandestino de detención, estuvo en los calabozos del escuadrón Comunicaciones, en la Unidad Penal 1 de Paraná, en la cárcel de Gualeguaychú y otras del país. Del penal de Gualeguaychú fue sacado en una oportunidad, junto a un grupo de detenidos, con destino incierto. Le quedó claro que los llevaban para matarlos, pero en el camino hubo una contraorden. Escuchó que quienes los tenían prisioneros discutían y se quejaban porque se había abortado el fusilamiento.

En segundo turno Juan Domingo Rumite ratificó sus tres anteriores declaraciones testimoniales en la causa, en las que dio detalles de su detención ilegal, tormentos y apremios. Fue secuestrado el 16 de noviembre de 1976 en su domicilio del barrio Las Flores de Paraná, por fuerzas conjuntas. Fue llevado a una casa de torturas que sería la construcción ubicada en inmediaciones de la Base Aérea. En ese lugar permaneció aproximadamente 5 o 6 días. Luego lo trasladaron, encapuchado a la Unidad Penal N° 1, donde continuaron las torturas y lo obligaron a firmar declaraciones falsas que fueron utilizadas luego en la parodia de juicio ante el Tribunal Militar al que fue sometido.

La próxima audiencia está convocada para el jueves a las 8.30. Son audiencias públicas, a la que puede concurrir cualquier ciudadano interesado. Se realizan en la sala de la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná, 25 de Mayo 256.

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