Martínez Garbino propone rescatar a los pueblos rurales olvidados

Los NF son pueblos que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) ya no registró en su Censo de 2001, por la insignificante cantidad de habitantes. Hay dos pueblos en esa condición: Las Mulitas y Cuchilla Redonda.
En la visión de Martínez Garbino “el riesgo de desaparecer esta latente en muchos pueblos. Sus pobladores abandonan el lugar en busca de un futuro mejor en las ciudades y solo encuentra desarraigo y marginalidad; ya que una fracción importante se ubican en asentamientos que no reúnen las condiciones mínimas”. Además, sostuvo que la inmigración se debe principalmente a la “falta de proyectos, de servicios mínimos como la electricidad y los adolescentes que pueden se alejan a continuar sus estudios en otros pueblos debido que solo hay escuela primaria”.
Según el legislador, las poblaciones rurales “tendrán un gran rol en el futuro de la provincia, por lo que debemos apostar a ellas. Estamos convencidos que con salud, caminos, educación, trabajo genuino y servicios, esa gente se va a quedar. Sabemos que es una inversión a largo plazo, pero que debe emprenderse”.
Para Martínez Garbino, resulta “inadmisible que ningún gobierno se haya interesado por el rescate y fortalecimiento de los pueblos rurales, muchos de los cuales, producto de la situación y de la desidia de las autoridades, ya han desaparecido. Debemos evitar los éxodos y ello no se logra declamando. Se logra llevando escuelas, haciendo promociones impositivas para atraer inversiones y con nuevos servicios”.
Por último, destacó que “no es descabellado”, que en un tiempo más la gente comience a emigrar desde las ciudades hacia zonas escasamente pobladas, como estos pueblos, a los efectos de buscar una mejor calidad de vida, tranquilidad y seguridad. “Pero para que esto suceda, tenemos que empezar a generar las condiciones propicias para este éxodo urbano. Pero Martínez Garbino dijo que eso: “no ocurrirá si no podemos llevar a los pueblos servicios, caminos e infraestructura básica”.

Cifras reveladoras

En 1960 la población de Entre Ríos se repartía en partes casi iguales entre el campo y la ciudad: en el área urbana habitaba el 49,5 %, y en la zona rural, el 50,5 %. Pero dos décadas después la situación comenzó a virar, y se pasó a un 68,8 % de personas ocupando franjas de terreno en áreas urbanas, y apenas un 31,2 % en el campo.
El cambio mayor ocurrió en la década del 90: 77,4 y 22,6 %, respectivamente, para llegar a 2001 con 949.250 entrerrianos en áreas urbanas (82 %) y 208.897 habitando el campo (18 %)”.
En dos décadas casi 100 mil personas (aproximadamente el 10 % de la población de la provincia) emigraron del campo a la ciudad. Además de movilidad de población hubo un cambio cualitativo: se registró un envejecimiento de los habitantes de esas pequeñas localidades.

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