Marcone: “hay compañeros que creen que estamos en los 90”

El secretario gremial indicó que el gremio sigue utilizando las mismas herramientas que en los 90, en esa década: “todos hacíamos los paros pero estábamos oponiéndonos a la privatización de las escuelas, a la Ley Federal de Educación que destruyó la escuela, a todas las medidas de privatización de empresas que llevó adelante el gobierno de Menem. Esa es una de las grandes diferencias que tenemos”.
La decisión de irse viene fue madurada durante mucho tiempo. “Las diferencias comienzan hace años”, admitió. Todo comenzó con la resolución Nº 125 que establecía las retenciones móviles. Al igual que muchos ámbitos, la decisión del gobierno nacional que marcó un antes y un después en la política argentina reciente caló hondo en el interior del sindicato. Marcone señaló que un sector de la agrupación decidió colocarse al lado de las patronales rurales. “Fue uno de los pocos sindicatos en el país que estuvo al lado de las patronales y no del lado donde estaba el trabajador”, argumentó.
El secretario gremial de Agmer Concordia indicó que, luego del primer desencuentro, quedó afectada la forma de posicionarse del sindicato dentro del panorama nacional y provincial. “A partir de eso, aparecieron distintas formas de ver la realidad y como enfrentarla. Según el diagnóstico que tengas de la realidad política, son las acciones que vas a tomar”, indicó.
Más adelante, dijo que: “la confrontación como única estrategia y además solamente por el tema salarial es un error”. Luego aclaró que el mensaje no es no hacer más huelgas. “Lo que decimos es que el paro debe ser la última herramienta que se utilice dentro de una estrategia mucho más global, mucho más abarcativa”, argumentó.
En tal sentido, el gremialista no dudó en señalar que se llegó a “abusar de la huelga” dado que se toma como una estrategia en sí misma. “La huelga debe ser una herramienta dentro de una estrategia más amplia. Cuando estás reclamando algo, tarde o temprano tenés que sentarte a negociarlo, a acordarlo, a darle forma pero si tu única estrategia es la medida de fuerza, es imposible y así no se puede construir nada”, explicó.

Perseguir al que piensa distinto

Por otra parte, explicó que no salieron a militar por un alejamiento masivo de la agrupación. “Simplemente nos juntamos algunos que tenemos cargos de conducción y dijimos: ‘vamonos nosotros que tenemos cargos y marcar un punto para que se anime por ahí el afiliado común’», dijo.
«De cualquier manera, desde un primer momento recibimos muchas adhesiones de mucha gente que estaba pensando eso y no se anima a expresarlo”, indicó. “Creemos que ahora, si se sienten acompañados por algunos dirigentes del sindicato, van a poder expresarse más libremente y plantear las diferencias”, agregó. “Otros nos dicen: ‘¿por qué no me avisaron que los acompañaba’”.
Y, en tal sentido, razonó que la ausencia de voces críticas dentro de la “Rojo y Negro” se debe al grado de agresividad que existe al interior del sindicato con el que piensa distinto. “Es otro de los puntos que nos está enfrentando”, señaló. En esa línea, sostuvo su parecer y aclaró que no es necesario que todos deban pensar igual. “Tenemos que respetar al que piensa distinto y saber convivir con el que piensa distinto”, dijo.
En cambio, en Agmer predomina una “permanente persecución”. “Parece que el que grita más fuerte tiene razón y son cuestiones que va a haber que replantearse hacia adentro”, dijo. “Es fácilmente acusar de traidor a cualquiera por cualquier cosa”. Esencialmente, “por pensar distinto”. Dentro de la “Rojo y Negro” hay “radicales que fueron hasta montielistas” y, desde la óptica de Marcone, le parece “bárbaro que estén, que participen y opinen”. En cambio, observa una permanente “caza de brujas”.
Asimismo pidió dejar de lado el mirar de reojo la militancia partidaria que tenga el afiliado. “Lo importante es el trabajo que haga cada uno hacia el interior del gremio”, señaló. Y aclaró que si surgen acusaciones a quienes disienten o se van por simpatizar o militar por tal o cual partido o corriente política es una actitud propia de un “macartismo incompatible con un docente”. “Es retroceder 40 años”, añadió.
Por el contrario, sostuvo que sería deseable que los docentes participaran de los diferentes partidos políticos. “Nos sería mucho más fácil llevar las palabras y el sentir de los docentes a los lugares donde se toman las decisiones políticas”, señaló.

Ausencia de proyectos

Asimismo, Marcone sostuvo que en los últimos dos años no se han dado “ni un paso adelante” en varios temas: políticas de salud laborales, concursos de secundaria o políticas alternativas de educación secundaria.
Respecto de la política de salud, Marcone se preguntó: “¿cómo los trabajadores no vamos a tener un proyecto de política de salud para presentarle a la patronal?”. En secundaria, “no se ha titularizado una hora en esta gestión” –dijo en referencia a los representantes docentes en el CGE (Consejo General de Educación)- y las titularizaciones que han salido “son producto de la gestión anterior”.
Al mismo tiempo, el gremialista señaló que cuando el CGE sacó la nueva modalidad de educación secundaria, el sindicato se opuso pero “sin presentar una alternativa elaborada desde los trabajadores”. “La única estrategia era oposición y oposición”, agregó.
Por último, aseguró que los militantes de la “Rojo y Negro” siguen siendo compañeros. “Seguramente muchas veces nos vamos a encontrar juntos en alguna lucha. Esto es una coyuntura”, graficó. En el corto plazo, descontó que van a tener algún lugar en el sindicato para seguir militando. “Entendemos que es el lugar donde tenemos que estar”, expresó. “Tratemos de convivir como se debe hacer, con la democracia que tanto decimos a los chicos en las aulas, llevarla a la práctica”.

Entradas relacionadas