El caso de Mariela fue por sus características, tal vez uno de los más resonantes en Concordia: la mataron de un tiro en la cabeza en plena Avenida Eva Perón y a metros del Casino. El hecho ocurrió en la madrugada del 20 de julio del 2019 cuando volvía caminando con su amiga de una fiesta por el Día de la amistad. Ambas fueron atacadas por dos sujetos para robarles (identificados luego como Jacobo Almada y Felix Batalla), y a pesar de que Mariela les dio los 120 pesos que tenía, el tiro fue letal.
A menos de un mes del crimen y luego de una investigación llevada a cabo por el fiscal Martin Nuñez, la policía detuvo a los principales sospechosos y los encarceló, pero a pesar de las pruebas presentadas, el juez Eduardo Degando decidió 1 año más tarde beneficiarlos con prisión domiciliaria mientras «resolvían una serie de trámites y papeleos» que este medio reprodujo en innumerables artículos. Una decisión que se llevó también la vida de Esther Sagradini, la mamá de Mariela que falleció de un ACV poco tiempo después de enfrentarse a semejante injusticia.
«El caso de mi hermana está prácticamente bajo agua y nosotros seguimos esperando que se eleve la causa a juicio. Los asesinos de Mariela están hoy presos pero no por su femicidio sino porque Almada apuñaló a su pareja y Batalla se escapó durante 8 horas de su casa con la tobillera puesta. Una vergüenza», lamentó Yamila Costen. «Nos sentimos vapuleados por la justicia, descreídos y manoseados por el sistema y por cómo se dieron las cosas que ya todos conocemos. Ya perdimos a mi mamá por la enorme tristeza y decepción que sintió y no queremos que pase lo mismo con mi papá», agregó.
Por eso, la familia de Mariela convoca a todos los concordienses a una movilización este 20 de julio para exigir Justicia. «Y no sólo justicia por mi hermana, sino también por todos los casos que están parados, inconclusos o sin avances. Necesitamos el apoyo de todos para las familias que están padeciendo lo mismo que la mía logren sentir que la justicia existe. Así como un día mataron a mi hermana, a Teresita (Galli) a Gustavo (Cordero) y a tantos otros concordienses en distintas circunstancias pero igual de violentas, mañana puede ser la hermana, mamá, papá y amigo de otro», concluyó.
