Ayer, domingo, tuvo lugar la primera Marcha del Orgullo en Concordia. La convocatoria era a las 18 hs en la plaza 25 de Mayo para, desde allí, partir en un desfile hacia el anfiteatro de la costanera donde aguardaban variados espectáculos artísticos. Luego de leer el documento oficial con motivo del mes del orgullo LGBTIQB+ en la República Argentina y conmemorando los 30 años del inicio de las marchas del orgullo en nuestro país, alrededor de 600 personas partieron desde la plaza principal, entre las que se contaban concurrentes de localidades cercanas como Chajarí, San Salvador y Mocoretá, en una columna que se fue acrecentando a medida que el desfile avanzaba, llegando a casi dos cuadras de extensión.
‘Frente a una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política’, decía Carlos Jauregui, el primer presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) y uno de los organizadores de la primera Marcha del Orgullo, el 2 de julio de 1992.
Desde las 17hs el colorido, la música y la alegría fue poblando la esquina de calles Pellegrini y 1º de Mayo. La concentración duró algo más de una hora, mientras la multitud se maquillaba, bailaba y escuchaba desde los parlantes apostados en un carro, las consignas de esta primera marcha del orgullo en Concordia que no desentonaban con las propuestas a nivel nacional: Celebrar lo conseguido, el efectivo cumplimiento y ejecución de las políticas públicas obtenidas con la lucha y, lo más importante, que se reconozcan y reparen las jubilaciones para travestis y trans de cierta edad a las que le fue imposible entrar al circuito laboral y educativo en toda su vida, a causa de la discriminación y la segregación.
Uno de los aspectos que distinguió la primera marcha del orgullo en Concordia, además de su masiva y ¿sorpresiva? convocatoria, fue el acompañamiento de los vecinos a lo largo del recorrido, muchos de ellos saliendo a la vereda o asomándose por los balcones para aplaudir, alentar y saludar a los manifestantes, quienes sólo acallaron su algarabía en la cuadra del sanatorio Concordia, donde tuvieron la deferencia de apagar la música y pasar en silencio, por respeto a las personas internadas.
Entrando a la costanera, la columna ya era de dos cuadras cuando se sumaron las chicas de la batucada Xuru con sus tambores y antorchas. En el anfiteatro de la costanera el marco de público era todavía mayor. Repleto de gente que disfrutó de la jornada con variedad de números artísticos entre los que, además de la batucada, se destacó la participación de Elda XXY, entre otros.
La inmensa mayoría de los presentes eran adolescentes y jóvenes de hasta 30 y pico. Muchos integrantes del colectivo LGBTIQ+, pero también amigos y amigas, familiares, vecinos y vecinas del montón que empatizan con el prójimo, sobre todo con aquel que durante tanto tiempo fue despreciado, maltratado, escondido y confinado al rincón de la vergüenza.
Otro aspecto del encuentro de ayer
Vale destacar que esta tradición comenzó hace 50 años en Nueva York, fecha en la que la homosexualidad era un delito castigado por el Estado. Todo empezó tras un caso de abuso policial que ocurrió el 28 de junio de 1969 en el club ‘Stonewall’. Las personas trans, gays, lesbianas, afrodescendientes e inmigrantes que allí se encontraban terminaron envueltas en disturbios con ciudadanos y la policía.
En la Argentina ese movimiento llegó varios años después, luego de la recuperación de la democracia, allá por los años 80, a través de la figura de Carlos Jauregui quien fue su iniciador.