Manfico seguiría contaminando el arroyo Calá

Las aguas del arroyo están contaminadas desde hace varios años, producto del volcado de desechos industriales de la planta de la empresa Manfico S.A, instalada a pocos metros del Cementerio del campamento del General Urquiza en la zona de Rocamora (Departamento Uruguay). La compañía, que emplea aproximadamente a 40 personas, a quienes se debe sumar transportistas y demás obreros por los trabajos que terceriza, procesa huesos de animales, vísceras, plumas, garras y sangre para elaborar carne harina, materia prima para la fabricación de alimentos balanceados.
Un estudio de impacto ambiental realizado entre mayo a noviembre de 2004, en cumplimiento de un convenio firmado por la Cámara de Diputados de Entre Ríos, la Dirección de Ecología y Control Ambiental, Junta de gobierno de Rocamora y la Universidad Nacional de Entre Ríos (Facultad de Ciencias de la Salud), permitió tras un exhaustivo control del funcionamiento de dicha empresa corroborar científicamente lo que por años los vecinos venían denunciando: “Manfico contamina”.
El avance del implante de soja, que en los últimos años domina el paisaje, provocó que las miradas y las sospechas sobre las causales del daño ambiental apuntaran además a la utilización inadecuada de agroquímicos y plaguicidas, situación que no todos “compraron” especialmente los habitantes de la zona y los productores que ven que el serpenteante recorrido del arroyo Calá, bordeado por un espeso monte que en una zona anegable se ensancha hasta unos 400 metros y casi no se puede acceder, muestra un penoso y hediondo espectáculo del que se aprovechan moscas, aves carroñeras y zorros.
En la zona en que confluyen los límites de los Departamentos Uruguay, Tala y Gualeguaychú el Calá se confunde con el arroyo Malo aunque por ahora el maloliente es el de nombre guaraní, que nace de vertientes en la Línea 20 y “desagua” en el río Gualeguay, donde los productores advirtieron la presencia de un número elevadísimo peces muertos, de varias especies, mayormente de sábalos, de hasta tres kilogramos de peso, y los que conservan un “hilo” de vida, con el poquísimo oxigeno que logran de aguas repletas de desechos orgánicos, ya casi no se mueven.
Los vecinos ya no encuentran palabras para expresar su malestar y preocupación por esta situación y además de denunciar públicamente lo que está ocurriendo decidieron presentarse ante autoridades del municipio de Basavilbaso y radicar una “denuncia” esperanzados en que alguna autoridad provincial le ponga un coto a esta cuestión. “Le vinimos a decir a nuestros gobernantes que si bien esto no es de la trascendencia de las papeleras es una situación grave…muy grave, y por nuestros hijos y nietos no podemos seguir permitiendo que el arroyo sea la cloaca del sistema productivo de una empresa”, exclamó un productor que señaló a la industria radicada en Rocamora como responsable de causar un “grave daño ecológico que pone en riesgo la salud de los habitantes de la zona y probadamente contingencias a las actividades productivas”.
Los hermanos Libio y Denis De Battista, productores que guiaron a un equipo de periodistas de RIEL FM por la zona más afectada por la aparición de peces muertos, comentaron que en las 129 hectáreas que poseen tienen 120 vacas de cría y 80 terneros, y que el destino de su producción es el mercado externo de carnes por lo que temen tener dificultades a partir que los animales suelen “bajar a los arroyos a tomar agua”, y estas lucen en mal estado. “Hay desde hace días una capa espesa de grasa en la superficie del arroyo, es indudable que eso impide que las aguas corran y los peces puedan vivir”, comentó Denis De Battista.
Entre otras preocupaciones los productores manifestaron dudas sobre la calidad del agua para consumo de los habitantes de la zona, porque la primera napa se encuentra a no más de 3,50 metros de profundidad.
Hace un tiempo las autoridades provinciales comprobaron que la empresa había cumplido solo parcialmente lo que se había comprometido realizar para mitigar el impacto, para lo cual adecuaría la conducción de los líquidos generados en la planta a través de canales construidos en material, reemplazando los de cielos abierto, y colocando rejas para la retención de los sólidos de mayor tamaño, y para disminuir la emisión de gases y reducción de olores que se liberan a la atmósfera, colocarían un filtro y lavador de gases. De todos modos los anuncios, algunas realizaciones y la ridícula multa que se le aplicó no impiden que los desechos aún vayan a parar al arroyo sin que se adviertan demasiados cambios.

En el municipio de Basavilbaso

La Licenciada Celia Metzler, responsable del Área Ambiental de la Municipalidad de Basavilbaso, recibió esta mañana la denuncia de los vecinos y se comunicó con el Señor Rodolfo Emeri, responsable del área industria dependiente de la Dirección de Ecología. La funcionario aclaró que si bien la problemática ambiental que representa la contaminación del ecosistema arroyo Calá afecta a los habitantes de toda la región las autoridades de la Junta de Gobierno de Rocamora y de la Municipalidad de Basavilbaso poco pueden hacer porque “no tienen jurisdicción para entender en el tema”. Metzler reconoció que el Intendente, Horacio Fabián Flores, le encomendó que atendiera los reclamos de la gente e hiciera todo lo que profesionalmente estuviese a su alcance y diera intervención de los organismos competentes. La profesional fue al lugar donde se produjo el hallazgo. “La Subsecretaria de Ecología de la provincia es la que debe verificar, mediante inspecciones, el cumplimiento de las mejoras comprometidas y adopción de las medidas para el tratamiento de los efluentes líquidos, emisiones gaseosas y residuos sólidos, pero debe quedar bien claro que es muy apresurado decir cual fue el motivo de la muerte de los peces, pero una posibilidad concreta es el alto grado de contaminación de características orgánicas que se genera por los desechos industriales”, y que “para determinar cuales fueron las verdaderas causales de la mortandad seguramente se realizará un análisis integral de la problemática”, indicó Metzler.

Busti está al tanto

En las últimas horas trascendió que el Gobernador Jorge Busti le solicitó al Secretario de Ecología y Control Ambiental, Ingeniero Gabriel Moguilner, que en carácter de “urgente” se le informe si se han realizado inspecciones a la industria radicada en Rocamora, que resultados se obtuvieron y si se aplicaron sanciones en que grado la empresa Manfico cumplió con las mismas. Asimismo el mandatario alertado de la situación por la denuncia efectuada por el Dr. Edgardo Rodríguez Cardozo, titular del establecimiento El Desafio, habría planteado por nota a su funcionario la preocupación que genera en su administración el incumplimiento empresario y las trasgresiones a la legislación vigente.

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