El propio dirigente lo dio a entender. «Hay que recuperar instancias de diálogo real y modificar el sistema de protesta. Tenemos que abrir canales de diálogo desde donde el Gobierno pueda convocar», dijo. Gioino, de Coninagro, fue más directo. «Las cuatro entidades podríamos juntarnos este lunes (por mañana) a la búsqueda de alguna solución», dijo.
En la Sociedad Rural no habían tomado posición hasta anoche, pero su titular, Luciano Miguens, se expresó en términos similares a Buzzi. «Vemos que es una situación difícil y que podemos pasar a ser los malos de la película -dijo Miguens-. Por supuesto que estoy de acuerdo en hacer un gesto para reabrir el diálogo».
Las cuatro entidades que conforman la Mesa de Enlace agropecuaria habían decido extender la medida de protesta hasta el miércoles. Y preparan una gran movilización para el 25 de Mayo, en Rosario. Pero a la vez que confirmaban el paro, también pidieron una audiencia «urgente» con la Presidenta. Todo eso fue el jueves, apenas 24 horas después de un discurso conciliador de la Presidenta, en el club Almagro.
El viernes entraron en juego las cámaras que representan al poder económico (con excepción del campo). Industria, banca, comercio, Bolsa y construcción publicaron una solicitada en la que reclamaron un «desprendimiento patriótico». En una de las entidades, leyeron otro mensaje. «Nos están avisando que cambió el escenario. Y no es cuestión, ahora, de ponernos al poder real del lado de enfrente», dijo en off uno de los cuatro presidentes.
El vicepresidente de Confederaciones Rurales, Néstor Roulet, se mostró más cauto: «la mayor parte de los productores nos dice que si el conflicto se soluciona levantando el paro, entonces lo hagamos -dijo-. Pero nadie sabe si esto alcanzará».
En ese sentido, anoche cobraba fuerza la idea de un mediador, que se hiciera cargo de un llamado simultáneo a las dos partes. Desde la Sociedad Rural pensaban en la figura del obispo Jorge Casaretto, de Pastoral Social. En otra entidad eran más pragmáticos: llamaron al ministro de Planificación, Julio De Vido.
Durante todo abril, las cuatro entidades negociaron con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, pero también con el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, a quien los ruralistas acusaron una y otra vez de haber «boicoteado» el diálogo. Este mes todo volvió a fojas cero y los productores regresaron a las rutas. Sólo que ahora se limitan a restringir la venta de granos, para pegarle al Gobierno en el bolsillo, ya que así cobra menos retenciones.