Según explica el diario El País (Madrid), la instalación de una planta de procesamiento de celulosa sobre el río Uruguay ha provocado una airada reacción de los argentinos, que denuncian que la empresa finlandesa Botnia afectará el ecosistema de la zona, y perjudicará a la ciudad de Gualeguaychú, cuyo principal negocio es el turismo sobre el río.
Uruguay asegura que los cortes de ruta que llevan adelante los argentinos son ilegales y violan el derecho de libre circulación. En los últimos meses, los pasos fronterizos han sido cortados por activistas argentinos que pretenden la relocación de la planta.
Los presidentes, Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez, han evitado todo contacto. De hecho, la Cumbre Sudamericana que Energía que ayer finalizó en Venezuela, no contó con la presencia del mandatario uruguayo, gesto que fue interpretado como una señal más del mal momento que enfrentan Argentina y Uruguay.