El expresidente Mauricio Macri, Juliana Awada y Antonia, la hija de ambos, dejaron el calor parisino y ya están en la Costa Azul francesa. Como en los ’90, Macri volvió al verano europeo en la mejor época: agosto. Aunque el coronavirus manifiesta ciertos brotes en Europa, al menos en Francia, el gobierno de Emanuel Macron manifiesta medidas de cuidado pero no de preocupación extrema como al comienzo de la pandemia. Por eso la cuarentena de quienes vienen del exterior es más laxa.
Por eso, Macri viró a Francia y no a Italia donde en los ’90, su padre Franco Macri, solía reunir en los veranos europeos a sus hijos y nueras, a bordo de barcos que rentaba para estar en la costa amalfitana. Las restricciones italianas no le hubieran permitido a Macri y Awada la libertad de movimiento que tiene suelo galo. Incluso hubieran tenido que atravesar la cuarentena en una casa o un departamento, ni siquiera en un hotel.
Liberado Macri de la política en el día a día y con el Zoom a mano si hiciera falta, la Costa Azul francesa es una opción espectacular. Y Ramatuelle -donde según los medios afines al macrismo lo geolocalizaron- es un pintoresco pueblo medieval con Saint Tropez a poco más de 10 kilómetros.
Para “argentinizar” la explicación, Ramatuelle y St. Tropez es como si se hablara de Punta del Este y La Barra. El primero es más tranquilo que el segundo, pero Ramatuelle tiene sus canchas de golf, las playas y el famoso Club 55, entre otras cosas. Se informó que Macri haría uso de su tiempo libre más para el golf que para la playa.
