"Por el otro, comparto la sensación de muchos de las ganas de que pase por el proceso de juicio político que venimos reclamando hace tiempo", dijo el presidente; aunque para él, "el problema es que sabemos que ese es un proceso largo y de resultado incierto, mientras, conserva sus fueros, impidiendo que lo investiguen judicialmente, y además sigue siendo juez".
"Por eso decidí dar este paso", sostuvo el Jefe de Estado y prosiguió: "para mi es especialmente difícil porque sufrí en carne propia su discrecionalidad y su arbitrariedad. Pero lo hago con la tranquilidad de saber que estamos dando un paso en la dirección correcta".
Para Macri, aceptarle la renuncia a Oyarbide es dar "un paso más hacia un país con una justicia verdaderamente independiente".