Luego del brutal asesinato del médico Guerrero en La Plata, sus colegas del hospital, protestan

LA MEDIDA DE PROTESTA

Médicos del Hospital Gutiérrez de La Plata realizaban esta mañana un paro de actividades en reclamo de seguridad tras la muerte de un colega durante un asalto cuando iba a festejar su cumpleaños.

La protesta se desarrollaba afuera del centro de salud, donde los profesionales realizaban un "aplausazo" en memoria de Francisco Guerrero, de 28 años, quien trabajaba allí. Durante la jornada sólo se atenderán guardias y mañana se retomará la actividad habitual.

Walter Paz, director ejecutivo del hospital, dijo que todos "están tocados emocionalmente" y recordó a Francisco como un chico "con ganas, que se pasaba el día en el hospital. El servicio de traumatología, que era su área, es el más afectado".

Guerrero estaba en el tercer año de la residencia y fue asesinado el viernes pasado por motochorros que quisieron robarle la billetera en La Plata. Francisco estaba junto a su novia, Gimena Juri (30), en 66 y 116, a pocas cuadras del hospital San Martín de La Plata. Los novios estaban organizando una salida para festejar el cumpleaños de Guerrero.

 

EL DESGARRADOR TESTIMONIO

Fue un segundo de furia y después llegó el horror. "Les grité: ‘por favor, no lo maten', pero igual le tiraron en el pecho". El relato de Gimena Juri (30), la novia del médico residente asesinado el viernes pasado por motochorros que quisieron robarle la billetera en La Plata, estremece.

Francisco Guerrero (28) se resistió y por eso, sin piedad, le gatillaron en el pecho y lo dejaron tendido en la calle. No alcanzaron a quitarle dinero o documentos. "Lo mataron por nada. Por nada..", se lamenta sin consuelo su pareja, que estaba con el muchacho cuando los atacaron.

"Estoy desconsolada. Todavía no lo puedo creer. Cómo es posible que no esté conmigo", dice Gimena y no puede contener el llanto en una breve charla con este diario.

Ella vive con su familia en 36 y 127, de Villa Catela, en el límite entre la capital bonaerense y Berisso. Conoció a Guerrero por una cuestión sanitaria: fue a la guardia donde el recién recibido de medicina hacía su residencia, para que la atendieran por un esguince. Allí comenzaron una relación que pronto fue algo más que un vínculo profesional-paciente.

Juri vio de cerca la brutal agresión y fue quien buscó ayuda. "Cuando le pegaron el tiro empecé a gritar hasta que un pibe trajo un patrullero y lo llevaron a la guardia del San Martín. Los médicos me dijeron que no se pudo hacer nada", recuerda la mujer, todavía con angustia.

Hacía dos años que compartían "casi todo". Estuvieron juntos de vacaciones en Uruguay y aunque no habían mencionado la convivencia o el matrimonio, Gimena cree que "eso vendría solo, en cualquier momento".

Guerrero nació en Concordia, Entre Ríos, y como muchos estudiantes del Interior empezó a recorrer su camino profesional en esta ciudad. Hacía la residencia en el hospital provincial Gutiérrez, ubicado cerca del hipódromo de La Plata.

El joven hizo una carrera "al día". En poco más de seis años, alcanzó el tramo final y pudo comenzar con la práctica obligatoria para especializarse en traumatología. Sus padres llegaron el sábado para completar los horrorosos trámites en la morgue. Una Pascua para el olvido.

Francisco cumplió 28 años el 3 de abril. Hizo una celebración austera en la guardia con sus compañeros y quería algo más alegre con amigos. Por eso estaba en la organización.

La pareja, en alguna charla ocasional, ya había hablado de la inseguridad. De los casos que se registran en La Plata casi a diario. El muchacho tenía una postura tomada: "Si me toca, no les voy a dar todo así nomás", reflexionaba. Y un atardecer de otoño le tocó, puso en práctica su estrategia y terminó de la peor manera. Gimena no puede olvidar que esa frase de su novio, dicha como al pasar, resultó una sentencia de muerte.

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