A las 14 de ayer partió el colectivo que lo llevó a su ciudad de origen, José C Paz, provincia de Buenos Aires. Allí deberá ser asistido por profesionales médicos. “Agradecemos mucho a la gente del hospital San Roque. Nos trataron y contuvieron mucho”, dijo Raúl Ruiz Díaz, papá del nene.
Maravillas de Jesús
El 4 de enero la familia Ruiz Díaz fue a la playa de Banco Pelay donde irían a pasar una semana de sus vacaciones.
En un descuido, Rodrigo se perdió y sus padres comenzaron a buscarlo. “Lo único que podíamos ver era su gorro flotando en el agua. Al rato, una persona que remaba en las inmediaciones chocó su cuerpito con el remo y lo halló”, contó Adriana Miño, su madre.
Entre todos lo sacaron del agua, lo asistió un médico de Corrientes que estaba en la playa y “lo trasladaron a Paraná en ambulancia porque en ninguna ciudad de los alrededores hay una sala de terapia intensiva”, contó el padre del pequeño. “Rodrigo estaba asfixiado, tenía los pulmones llenos de arena y un paro cardiorrespiratorio cuando entró a terapia intensiva. Aguantó con vida 300 kilómetros hasta que llegamos a Paraná e ingresó a terapia con ese cuadro. El nene se perdió en el agua a las 15 y llegamos a este hospital a las 20”, contó el padre.
7 días
Los padres esperaron que Rodrigo vuelva a abrir los ojos. Desde el 4 de enero hasta el 11 estuvo en coma. Después se despertó y comenzó a evolucionar. Ayer le dieron el alta. “Sólo tiene un problema en las cuerdas vocales que con el trabajo de una fonoaudióloga los médicos aseguran que podrá hablar como antes”, dijo muy esperanzado el papá.
Los familiares y hasta las enfermeras –que ayer se despidieron del pequeño con tristeza porque aprendieron a quererlo mucho– aseguran que fue un milagro. “Una señora me dijo en el colectivo que encomiende mi hijo a la Madre Maravillas. Yo no la conocía a la Santa, pero lo encomendé y sé que ella me ayudó”, dijo la feliz mamá.
