Lucha contra las celulosas, puntapié inicial

Hoy los entrerrianos, nos encontramos inmersos en una desigual lucha que ha sido originada por la instalación de megaplantas de celulosa, sobre las orillas del Río Uruguay, sólo midiendo los porcentajes de lucro, derivados de su producción, sin importar en lo más mínimo las consecuencias humanas y ambientales, hecho por demás comprobado en emprendimientos similares.
Es a los habitantes de Gualeguaychú, a partir de su Asamblea Ambientalista, en primera instancia, a quienes les ha tocado estar en la primer línea de batalla en contra de estos propósitos, batalla que ahora ha trascendido las fronteras de la provincia, instalándose como temática nacional, merced también a la labor del Gobierno de la Provincia de Entre Ríos. Luego, se han ido sumando a esta lucha ciudadanos de las ciudades de Colón y más recientemente aún de Concordia, aunque no con las dimensiones y amplitud, que tal vez hubieran sido necesarias desde la comunidad, ya que tal cual ha dicho el concejal concordiense Jorge Ferrera: “nadie tiene el monopolio de la protesta”. En definitiva, no sabemos, que es lo que sucederá, porque lo que sucederá, depende en gran parte de todos nosotros, y del compromiso que estemos dispuestos a asumir, desprovistos de banderías, y pensando en el bien común. Estas líneas, son de alguna forma un llamado en ese sentido, en el sentido de participar y no permanecer indiferentes. Pero claro está, que ese compromiso, va mucho más allá, de lo que hoy está instalado en los medios: las plantas de celulosa, porque lo del Río Uruguay va más allá, porque también existe la intención de crear nuevas represas en Corrientes y Misiones, y desconocemos las consecuencias que esto traerá.
Es una realidad insoslayable, que las consecuencias ambientales del crecimiento urbano son realmente considerables. Las ciudades usan prolíficamente los recursos naturales y generan grandes cantidades de desperdicios; producen la mayoría de los gases de efecto invernadero que están causando el cambio climático global, y con frecuencia degradan la calidad del agua local, reducen los acuíferos, contaminan el medio ambiente, ensucian el aire y consumen la tierra, devastando en consecuencia la biodiversidad. Es por ello, que la tarea que les espera a estas Asociaciones Ambientalistas, o a los Foros Ecologistas que se puedan crear, y en definitiva a toda la comunidad, va mucho más allá de esta legítima lucha en contra de la instalación de las plantas de celulosa, lucha que sin dudas debe ser apoyada y acompañada decididamente.
Esa tarea a realizar, no está sólo fuera de nuestras fronteras, sino que está a la vuelta de cada esquina, aquí en Concordia, y en cada pueblo o ciudad, no sólo de Entre Ríos, sino a lo largo y a lo ancho de nuestro territorio y del planeta. Se estima que para el 2030, más del 60% de la población vivirá en áreas urbanas y esta rápida urbanización representa retos enormes, que van desde la pobreza y el desempleo, hasta el crimen y el consumo de drogas. Ya en nuestros días, uno de cada tres habitantes urbanos vive en un barrio pobre, y en muchos de los pueblos y ciudades en expansión, es poca la protección ambiental y el planeamiento es escaso. Pero podemos empezar por casa.
Que la lucha contra las plantas de celulosa, sea el puntapié inicial, para que todos nos involucremos activamente, ya que tenemos el deber de dar forma a ciudades en donde podamos criar a nuestros hijos en un medio ambiente planeado, limpio y saludable, por eso apoyo la iniciativa planteada por el Concejal Jorge Ferrera, para trabajar desde el Concejo Deliberante, en la formación de un Foro Ecologista, que pueda abordar seriamente también la problemática ambiental de Concordia, en forma amplia y sin banderías políticas.

Concordia, 17 de enero de 2006

Manuel Anido
DNI 92.203.144
manuelanido@hotmail.com

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