EL DIRIGENTE OBLIGADO A ENTENDER LO QUE EL VOTANTE NO
Los antiK tienen una dificultad a la hora de explicar cómo hace CFK para desbordar un estadio con 100.000 almas que la vivan y le exigen que conduzca y obtener más de 3, 5 millones de votos en el distrito más populoso del país, después de toda la porquería que le tiraron encima.
Es claramente ofensivo a la inteligencia (y lo saben sus ideólogos), repetir que se trata de fanáticos o choriplaneros…. Pero allí está Duran Barba que escribió un libro, “El arte de ganar” donde desarrolla las bases teóricas de la consultoría política estratégica y científica. En ese libro uno de sus capítulos está dedicado al votante al que el PRO apuesta.
Se trata según el especialista de que “las elecciones se ganan polarizando al electorado, sembrando el odio hacia el candidato ajeno…”. Es clave señala en otro párrafo, estudiar al votante común, poco informado, ese que dice a mí no me interesa la política”.
La distancia que debiera haber entre este votante y el dirigente es un abismo, pero no pareciera ya que a muchos les cuesta entender que desde el comienzo de este siglo en América Latina ocurrió un episodio inesperado : los pueblos eligieron gobiernos que se les parecían y estos, unos más, otros menos, sembraron conciencia en una basta porción de la sociedad que no integra la troup de los votantes duranbarbistas.
Los votantes de Macri se pueden dividir en dos sectores. Aquellos que saben de que se trata y lo hacen a pura conciencia. Lo que se conoce como la derecha política, aquellos que vivaron a Menem porque representó sus intereses económicos, los que despotricaban en tiempos de Alfonsín en contra de la “Coordinadora”, los que en tiempos de la dictadura militar destacaban la tranquilidad del país, etc. etc.
Y los otros, los que se emociona con palabras huecas tales como “claro que podemos : ser felices, honestos, trabajadores, decir la verdad”, etc. etc. frases hechas, sentido común chato y poca elaboración intelectual acerca de los problemas reales del mundo de hoy.
O sea, frases simples para cabezas simples.
Cristina en cambio, le habla a un electorado que comprende mejor lo que pasa en el mundo, de allí que queda extasiado frente a sus discursos. La elige, la prefiere, se desespera para que sepa que la quiere a ella como conductora, a nadie más.
Sabe por otra parte, como sabían los chavistas, los seguidores de Lula, Evo o Correa, que a esta clase de dirigentes, les está prohibido robar o salirse del carril de lo que dicta una ideología progresista o revolucionaria, pues si lo hacen, en sistemas como los nuestros, los poderosos lo destrozarían.
Lo hacen igual, pero a sabiendas que les constará demostrar la culpabilidad de sus blancos.
Para decirlo de otro modo, al poder real no le importan los corruptos, de hecho conviven con ellos como con Menem, solo les importa que quienes gobiernan lo hagan a favor de sus intereses, el resto es cuento, sino no defenderían tanto a Macri.
Los votantes que la siguen a Cristina tienen idea lo que es neoliberalismo, conocen el alcance de la rapacidad capitalista, han sido militantes alguna vez, tienen alguna experiencia política, barrial, sindical o estudiantil… a los votantes duranbarbistas no les interesa la política, la aborrecen o, conocen solo sus partes oscuras, la superficialidad.
Ese votante que en Bs. As. Votó a Cristina, repudió a los saltimbanquis, los rosqueros, la vieja política, por esa razón el pejotismo está en crisis. La vieja dirigencia pejotista no representa al nuevo votante, de allí que el pejotismo la necesite más a Cristina que CFK a ellos y ese es un dato que mortifica a quienes se la quieren sacar de encima.
LA ESTRATEGIA DE BORDET NO FUNCIONO… CONCORDIA
Creer que podía sustraerse de este debate nacional donde lo principal a dilucidar es que proyecto de país nos gobierna, era más que una quimera. Encima, pretendió llevar adelante esa quimera con lo más repudiado de la vieja política, aliarse con el bustismo con la peregrina idea de sumar los votos de uno a los que ya tenía. Como si la política tuviera algo que ver con la matemáticas.
Los votantes del pejotismo y no los cristinistas de Barreto fueron los que le jugaron una mala pasada. Los de Barreto votaron mayoritariamnte la lista oficial. De hecho aquí en Concordia, la trotkista Burgos obtuvo alrededor de 1500 votos más que en las PASO (Barreto aquí obtuvo 8.000 votos). Y a nivel provincial solo alcanzó 9 mil votos más (Barreto obtuvo 50.000).
A Bordet le votaron en contra aquellos pejotistas que, cansados de las viejas prácticas de la política, prefirieron probar con el original en vez de la copia.
Enrique Cresto que había salido airoso en las PASO fue arrastrado por la misma ola. La diferencia es que el Intendente de Concordia tiene margen para rever lo ocurrido, a Bordet en cambio se le complica un poco más, su discurso fue demasiado confrontativo, aunque habrá que ver.
LOS DERROTADOS
Los derrotados fueron los que se subieron a la ola antiK haciendo gala de castidad cuando todos conocen el serpentario en el que viven.
Esa suerte de Liga de Gobernadores jóvenes, a los que Clarín y la furia mediatica presentaban como la renovación peronista aunque sean más viejos que la enfermedad, perdieron estrepitosamente.
Allí están los mañosos pejotistas cordobeses, el delasotismo de los Juan Schiaretti que quedaron 25 puntos abajo ; los Urtubey en Salta o los Peppo en Chaco.
Nada nuevo, viejos mañosos de la política vieja, incapaces de generar algún tipo de fervor o mística, pura rosca, la cara más visible de la sinverguenzada de la política como vidriera personal o negocio. Poca cosa para dirigir a una sociedad ávida de buenos dirigentes.
