Graciela, una vecina de calle Moulins, señaló que la planta, de madrugada: “larga agua, que no se si es de la cáscara de naranja o de baño”. Además, indicó que el personal de la empresa “puso unos caños pero el olor que sale acá es impresionante. El olor de la cáscara de naranja que acá se siente de mañana, media fea, es otra cosa que el olor de la naranja que ellos largan de mañana”, expresó. La vecina recalcó que el mal olor se produce “de vez en cuando”.
De madrugada o de tarde “no se puede estar”. Incluso, recalcó que lo siente cuando se encuentra en el interior de su hogar. “A veces a las cuatro o a las cinco estamos sentados acá afuera y nos vamos adentro”, expresó.
Delante de su vivienda, una vereda de cemento cubre las cañerías que fueron instaladas por la empresa. “Hicieron como un desagüe y de ahí sale el olor. Nosotros le pusimos la tapa a esa cámara porque ni tapa le pusieron; todo así nomás me dejaron”, dijo Graciela mientras mira en dirección de un cubo de cemento enterrado en la vereda. “Sacamos del frente y le pusimos acá porque teníamos miedo por los chicos o gente que pasa cuando llueve o es de noche”, añadió.
Respecto del agua que corre por la calzada, señaló que su marido, que se va a trabajar a las seis de la mañana, cuando sale a la calle ve que “a veces está lleno de agua y hay olor”. El líquido “viene por la calle del lado de Baggio”. Graciela aseguró que dialogó con el encargado de Baggio y le dijo que le iba a hacer juicio porque tiene tres nietos alérgicos. “Vinieron y arreglaron un poco”, indicó.
De todas maneras, señaló que, ni bien se instaló Baggio, “salía agua en el medio de la calle y tenía que ir a taparlo yo con mis hijos y después venían a destaparlo no sé quien y el agua venía hasta acá adelante. Era una agua amarilla”.
Por calle 25 de Mayo, una cuadra y media de distancia de Baggio, vive José Luis María Ibarrola. Es padre de un chico discapacitado que, durante dos años, no lo podía sacar a la vereda porque se inundaba con los efluentes amarillentos y el agua servida de las cloacas. “Me salía por la cañería de la cloaca y tenía que abrir ahí sobre la vereda para desparramar el agua porque sino se me inundaba todo el baño”, indicó. Pero hace más de un año que se terminó ese inconveniente. “No sé si lo han solucionado o no pero acá yo a ese problema no lo tengo más”, sostuvo.
No obstante, Ibarrola expresó su preocupación por el humo que emana de la chimenea de la empresa. “Es un olorcito medio fuerte el que se desparrama. Es un olor mentolado con un tipo de remedio raro, es medio raro de describir”, expresó. El vecino lo percibe en “invierno y en ciertas ocasiones”, sobretodo cuando el viento desparrama las emanaciones gaseosas.
«Cuando vemos la fila de camiones…chau cloacas»
Enfrente de la casa de Ibarrola vive Alcides, quien aseguró que la explicación de la ausencia de los efluentes industriales corriendo por la calle es muy sencilla: la fábrica no está funcionando a plena capacidad. “Todos los vehículos de transporte que había el año pasado, este año no existe ni uno: hay uno o dos camiones. El año pasado había 30 o 40 todos los días. Era impresionante la cantidad de camiones”, expresó.
El vecino no dudó en señalar que si estuviera trabajando la fábrica, volverían a rebalsarse las cloacas. “Más cuando ellos lavan las máquinas, que hacen enjuagues con desechos de la pulpa”, indicó. “Acá cuando ellos lavan y largan andanadas de agua, nos quedamos todos sin cloacas”, indicó.
“Usted ya ve como programé todo como para largar todo a la calle”, dijo mientras señalaba una cámara cloacal rota en su parte superior para que el agua se filtre por esa hendija y corra a través de una canaleta que cavó en la vereda, y que se extiende hasta la calle. “Yo no puedo mandar eso a mi casa y trato de que todo, cuando se rebalse, salga a la calle”, explicó. El problema es que: “las trampas que ponemos las pica parece el ácido y pasa igual; levanta todo. Si yo tengo todas las cosas levantadas es por eso”. Y para reducir la intensidad del olor, echan carburo en las cañerías.
Cuando el efluente ingresa a la casa, aparte del olor, “la materia fecal no sale a la cloaca y queda todo dentro de la casa”. Y el problema se extendía por “dos o tres meses hasta que por ahí se destapaba”. Por último, Alcides sostuvo que “cuando vemos la fila de camiones, sabemos que chau… nos quedamos sin cloacas”.
A una cuadra de distancia, por calle 25 de Mayo, vive Raquel quien dijo que los olores no han desaparecido. “En primavera ya empieza ese olor, cada vez más, cada vez más. Y en verano es peor todavía”, expresó. “Cuando la fruta está podrida ese olor se siente, y después el humo que larga continuamente. Para mí eso es nocivo y el viento lo trae para acá”, indicó. Raquel dijo que estaba pensando en irse de la vivienda por sus hijos. “Ahora no está pero más tarde empieza y de noche es constante”, expresó.
La vecina hace pocos años se instaló en esa vivienda. En realidad, era de sus padres. “Cada vez que los venía a visitar, siempre había ese olor y todo eso. Después había agua en las esquinas y el tema que se produjo ahí. Todo eso es cloacas”, expresó. “Para mí el problema sigue”, agregó.
La ubicación de la fábrica es, para Raquel, inadecuada. “Tendría que ir a un lugar más descampado para que no lo afecte porque hoy por hoy está más poblado porque antes no estaba tan poblado; hay muchos chicos”, sostuvo.
Cerca de la casa de Raquel se encuentra el hogar de Elsa. “Ahora hace meses que no se siente el olor, e inclusive no hay agua servida en la calle”, expresó. “Antes reventaba la boca de tormenta, y salía el agua de Baggio y el agua de cloacas, todo junto”, señaló.
Por ahora, la vecina coincidió con Alcides y cree que la ausencia de olores se debe a que la fábrica “está parada”. Además, explicó que los olores se sienten en verano, “los días de calor y humedad”. Por último, indicó que observó a empleados de la fábrica trabajando en la calle. “Supuestamente solucionaron el problema pero vamos a esperar al verano, cuando empiece a trabajar la fábrica otra vez o en el verano vamos a ver si es que solucionaron el problema o sigue todo igual”, dijo Elsa.
“Últimamente no se han tenido reclamos de vecinos”
Emma Carmona, empleada de Saneamiento Ambiental, expresó que los efluentes industriales que se controlan la mayoría de las industrias que están habilitadas, incluida Baggio. “La empresa tiene que hacer controles mensuales de acuerdo a lo que establece la ley Nº 6260 que tiene establecidos parámetros de calidad. A su vez, por política de la empresa, tiene análisis de autocontrol diario de parámetros de PH para tirar a un desagüe cloacal”, agregó. Los resultados deben ser presentados en forma mensual a la Provincia y a la Municipalidad.
Por otra parte, mencionó que los parámetros de los efluentes varían de acuerdo al ritmo de la fábrica. “Por ahí, cuando se procesa mucha fruta, puede haber algún parámetro que se dispara pero tienen una mejora continúa para obtener todos los parámetros de calidad”, expresó.
Además, Carmona sostuvo que la empresa cumplió con el compromiso de construir una cañería para ser utilizados exclusivamente por sus efluentes. “Tiene construida desde hace unos años una red presurizada que va desde planta hasta el colector”, indicó. “Eso está funcionando. Últimamente no se han tenido reclamos de vecinos como había antes que volcaban a la red colectora del Edos, por 25 de Mayo. Por ahí la sumatoria de cloacales se obstruía o por ahí por otros motivos”, expresó.
En cuanto al humo que denuncian los vecinos, Carmona explicó que proviene de una planta que no se encarga del procesamiento de la fruta cítrica sino de la producción de alimento para ganado. “Se utiliza el efluente sólido, o sea la cáscara, que se utiliza para disminuir el impacto que tiene en el ambiente. Eso es la chimenea con el humo blanco característicos pero no es un efluente gaseoso que tenga sustancias tóxicas”, dijo Carmona. No obstante, admitió que el olor a cáscara quemada es fuerte y “hay gente a la que no le resulta agradable”.
Respecto de la zona donde se encuentra ubicada la fábrica, “de acuerdo al Código de Uso de Suelo, es un área industrial”. Aunque, también admite que se está evaluando porque la planta quedó “en un tejido poblacional muy alto en esa zona”. Sin embargo, Carmona aseguró que desde que se comenzó a trabajar con un Código de Uso de Suelo, en la década del 80, el barrio donde se encontraba Pindapoy “fue un área industrial y eso se mantiene vigente hoy”.
De cualquier forma, descartó que una nueva empresa se pueda instalar en la zona. “Prácticamente no tenés posibilidades porque la superficie del área industrial se hizo en función de Pindapoy, cuando se hizo el primer Código; eran los predio de Pindapoy, hoy Baggio. Hoy no hay posibilidad de ampliación del área industrial”, explicó la técnica.