“Me destrabaron todas las denuncias y ahora puedo entrar a la empresa porque el problema era que yo no podía entrar a la empresa”, dijo el delegado. Había sido denunciado por amenazas al dueño de la empresa y no podía acercarse a 500 metros de la misma ni de la casa del propietario de Fepasa. Pero esa prohibición se revirtió hoy. “Estuve hablando con ellos y salió todo bien”, expresó.
De ahora en más, los trabajadores que ayer bloqueaban el acceso a las tres plantas dejaron el ingreso libre. “Ya están trabajando a pleno y esta noche arrancan”, dijo el delegado. El tema de fondo es el pedido de un aumento salarial. Paredes no quiso hablar sobre el tema. “Estamos en conciliación obligatoria; estamos esperando”, indicó. La conciliación fue dictada por 15 días y recién transcurrieron seis. Una vez que expire el plazo, los trabajadores se reunirán en asamblea. “Ahí empezamos a tocar el tema salarial”, sostuvo.
Paredes está enfrentado a la conducción del Sindicato de la Carne. Por ello armó un sindicato paralelo. “Yo le gané la gente en los frigoríficos. No necesité pagar a nadie ni hacer elecciones. Fue demostrado en estos dos días. Cinco mil personas estuvieron apoyándome para que vayan sabiendo estos traidores”, dijo en referencia al oficialismo. “Los traidores de la Carne creían que ya estaba muerto, que estaba vencido. La gente sigue creyendo más en mi persona”, dijo
Aunque parezca contradictoria la situación -un sindicalista combativo y a la vez alineado a un referente del sindicalismo burocrático y cómplice del menemismo durante los 90 como Barrionuevo-, para Paredes no lo es. “Yo me manejo acá en Uruguay como representante de la gente; Barrionuevo se manejará de otra manera en Buenos Aires”, sostuvo. “Acá me manejo yo, no me puedo manejar como Barrionuevo”, sostuvo.
