De acuerdo a la investigación llevada a cabo por científicos del Acuario de la Bahía de Monterey, situado en California, el calentamiento de las aguas está forzando a los tiburones blancos a adentrarse en zonas que antes no visitaban: al resultar cada vez más complicado hallar un rango de temperatura adecuado en su hábitat, comenzaron a ser avistados en lugares inéditos.
Si antes se encontraban cerca de Santa Bárbara, en los últimos 15 años las olas de calor marinas fueron llevando a los ejemplares más jóvenes hacia las aguas más frías del norte.
El descubrimiento fue posible gracias a los datos recopilados por dispositivos electrónicos colocados en escualos hace dos décadas. El equipo analizó 22 millones de registros de 14 tiburones y comparó los datos con 38 años de temperaturas oceánicas para mapear las preferencias térmicas de los animales. En la estadística aparece como determinante la ola de calor marina que tuvo lugar en el Pacífico Norte entre 2014 y 2016.
Debido a su enorme capacidad calorífica y su lenta circulación, el océano tiene una inercia térmica significativa. Según los estudios del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), las temperaturas cerca de la superficie del océano tardan aproximadamente un decenio en ajustarse en respuesta al forzamiento climático, por ejemplo, a cambios en las concentraciones de gases de efecto invernadero.
Si en el futuro se mantuvieran las concentraciones de emisiones en los niveles actuales, el ritmo de aumento de la temperatura de la superficie de la Tierra comenzaría a ralentizarse en aproximadamente 10 años. Sin embargo, la temperatura de las profundidades del océano continuaría aumentando durante siglos y, en consecuencia, durante ese período también seguiría creciendo el nivel de los mares