Los supuestos de la economía que se viene

Sin embargo, durante las últimas horas, trascendieron los datos macroeconómicos en los que se basará una gestión que, según dicen en la cartera, no renunciará a los supuestos que permitieron desde 2003 a la fecha una expansión real del Producto Bruto Interno (PBI) del 55%. Las metas, aseguran, pasarán una vez más por reducir el de­sempleo y la informalidad laboral, sostener niveles importantes de inversión pública y apuntalar diversos sectores productivos mediante políticas de estímulo.
De cara al año próximo, los cálculos oficiales señalan que el crecimiento del PBI será del 4,7 por ciento. La previsión, según las consultoras, será superada. No obstante, en Economía, como viene sucediendo desde 2003, prefieren ser cautelosos. Más aún frente a la crisis que atraviesan Estados Unidos y Europa, lo que podría determinar una nueva caída del comercio internacional. Con relación al Indice de Precios al Consumidor (IPC), los cálculos apuntan un incremento del 9,2 por ciento y una variación de los precios implícitos de 12 puntos porcentuales. Por el lado del tipo de cambio, pese a las presiones cambiarias de las últimas semanas, nada hace prever sorpresas. Las estimaciones oficiales prevén un dólar promedio a 4,5 pesos y un tipo de cambio real orden del 1,9 con base en 2001.
Según la visión de Economía, el crecimiento en 2012 seguirá siendo equilibrado desde lo sectorial. La apreciación se base en que los frentes fiscales y externos no depararán sobresaltos. Por el lado del comercio exterior, los pronósticos oficiales difieren notablemente de las estimaciones echadas a rodar desde diversos ámbitos privados. En los hechos, los cálculos a los que accedió Miradas al Sur señalan que el frente externo cerrará el año próximo con una superávit de 8.579 millones de dólares, producto de exportaciones por unos 90.883 millones (FOB) e importaciones del orden de los 91.049 millones (CIF). El saldo implicaría una variación negativa y su resultado el más apretado desde 2002, aunque superior a los pronósticos privados.
Por el lado de los vencimientos de deuda con acreedores privados, que ascienden a unos 6.500 millones de dólares durante 2012, la conducción económica estima que no representarán mayores inconvenientes. Para hacer frente a las obligaciones, la estrategia oficial pasará por solicitar al Congreso la autorización correspondiente para utilizar parte de las reservas de libre disponibilidad con que cuenta el Banco Central. Quienes están sobre el tema subrayan que el mercado sigue siendo una opción, pero no una necesidad. En esta línea señalan que, desde 2003 a la fecha, la vida promedio de la deuda pasó de siete a once años. Además, puntualizan que el 47 por ciento reconoce como acreedor a la Anses y un 15 por ciento a otros organismos públicos, países y/o organismos multilaterales.
En el equipo de Boudou también destacan el nivel de inversión alcanzado. Según los últimos datos, del orden del 24,9 por ciento del PBI –el más alto en la historia del país–. En este rubro, la apuesta para el año próximo es fuerte. Las proyecciones plurianuales, aunque preliminares, hablan de que podría alcanzar el 29 por ciento del producto, traccionado por la demanda interna, que registra ya ocho años de sostenida expansión. Un rubro donde se destaca la evolución de la inversión interna bruta fija, que creció a una tasa interanual del 23,8 por ciento empujada por la construcción y la compra de bienes de capital. De cumplirse el pronóstico oficial, la economía cerrará el año en curso con una tasa de crecimiento del 8,3%.
Con estos datos en mano, las fuentes oficiales aseguran que las perspectivas para el año que viene son buenas, más allá de una posible profundización de la crisis global. Para justificar la visión, entre otras cuestiones, destacan la dinámica de la manufacturas de origen industrial que por primera vez en la historia, superaron a las ventas externas provenientes del sector agropecuario; además de los crecientes flujos comerciales con China y otros países emergentes. Hasta aquí, las previsiones macroeconómicas en las que se basarán las estimaciones de ingresos y egresos, dos cuestiones que, seguramente, serán objeto de un duro debate en Diputados. Los detalles tomarán estado público luego del viaje de Boudou.

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