Los riesgos del derrame

 

El Observatorio de la Deuda Social advirtió que el mayor impacto de las políticas de los últimos meses está recayendo sobre los sectores vulnerables de la sociedad, puesto que no tienen capacidad de defenderse a través de estrategias financieras o de modificar en el corto plazo sus ingresos. “El mayor riesgo de subocupación y empobrecimiento lo están experimentando los sectores informales; no sólo el 30 por ciento de hogares que para subsistir además de realizar trabajos de indigencia reciben algún tipo de ayuda social, sino también miles y miles de microempresas informales y emprendimientos familiares; y con ellos una amplia capa de trabajadores asalariados precarios, trabajadores independientes no profesionales, pequeños comerciantes y trabajadores eventuales (no menos de 3 millones de trabajadores)”, dijo. Remarcó que “se trata de un segmento al cual no llegan aumentos por paritarias, ni tasas de interés favorables, ni tarifas sociales, ni salario familiar, ni aumentos en los programas sociales. Son los nuevos pobres que emergen de las medidas `normalizadoras´ del Gobierno”.

El documento de la UCA sostiene que el nuevo Gobierno apuesta a ofrecer soluciones para la pobreza a través de un régimen de mayor libertad económica (desregulación del mercado) y mayor seguridad jurídica, con lo que confía lograr un derrame de inversiones, empleo y bienestar. “Para esto se buscó salir del default (pago a los fondos buitre), recuperar la confianza de los mercado financieros internacionales, instalar un tipo de cambio más competitivo, bajar retenciones a las exportaciones, normalizar las variables macroeconómicas, ajustar tarifas, reducir el costo laboral por medio de una baja del precio relativo de los salarios, entre otras medidas”, planteó. Pero advirtió que “la idea de poner demasiadas expectativas en el efecto derrame generado por la confianza y la llegada de inversiones encierra grandes riesgos”.

La UCA mencionó que existen barreras en la estructura económica local que impiden que los beneficios conseguidos por los grandes grupos lleguen hasta sectores de bajos recursos. La concentración de la producción, el importante peso de los bienes primarios en las exportaciones, la extranjerización de las empresas líderes y las disparidades en la calidad del empleo y los salarios por regiones y ramas de actividad fueron algunos de los principales puntos planteados en el documento.El Observatorio de la Deuda Social advirtió que el mayor impacto de las políticas de los últimos meses está recayendo sobre los sectores vulnerables de la sociedad, puesto que no tienen capacidad de defenderse a través de estrategias financieras o de modificar en el corto plazo sus ingresos. “El mayor riesgo de subocupación y empobrecimiento lo están experimentando los sectores informales; no sólo el 30 por ciento de hogares que para subsistir además de realizar trabajos de indigencia reciben algún tipo de ayuda social, sino también miles y miles de microempresas informales y emprendimientos familiares; y con ellos una amplia capa de trabajadores asalariados precarios, trabajadores independientes no profesionales, pequeños comerciantes y trabajadores eventuales (no menos de 3 millones de trabajadores)”, dijo. Remarcó que “se trata de un segmento al cual no llegan aumentos por paritarias, ni tasas de interés favorables, ni tarifas sociales, ni salario familiar, ni aumentos en los programas sociales. Son los nuevos pobres que emergen de las medidas `normalizadoras´ del Gobierno”.

 

El documento de la UCA sostiene que el nuevo Gobierno apuesta a ofrecer soluciones para la pobreza a través de un régimen de mayor libertad económica (desregulación del mercado) y mayor seguridad jurídica, con lo que confía lograr un derrame de inversiones, empleo y bienestar. “Para esto se buscó salir del default (pago a los fondos buitre), recuperar la confianza de los mercado financieros internacionales, instalar un tipo de cambio más competitivo, bajar retenciones a las exportaciones, normalizar las variables macroeconómicas, ajustar tarifas, reducir el costo laboral por medio de una baja del precio relativo de los salarios, entre otras medidas”, planteó. Pero advirtió que “la idea de poner demasiadas expectativas en el efecto derrame generado por la confianza y la llegada de inversiones encierra grandes riesgos”.

La UCA mencionó que existen barreras en la estructura económica local que impiden que los beneficios conseguidos por los grandes grupos lleguen hasta sectores de bajos recursos. La concentración de la producción, el importante peso de los bienes primarios en las exportaciones, la extranjerización de las empresas líderes y las disparidades en la calidad del empleo y los salarios por regiones y ramas de actividad fueron algunos de los principales puntos planteados en el documento.

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