El tráfico en la ruta 14 no fue cortado en ningún momento. Los organizadores de la concentración repartieron volantes donde explicaban los motivos del paro agropecuario a los conductores de los autos y camiones que debían frenar para recibirlos, y luego retomaban la marcha.
“Los recursos del campo son de los que los producen. Tenemos que contribuir con los impuestos normales: ganancias, activos, patrimonio, etc. No tenemos porque pagar nada más”, indicó Beswick. En la concentración sólo se veían autos y camionetas. La ausencia de camiones que representen a los transportistas se debió a que los organizadores querían “evitar enfrenarse con las fuerzas de seguridad”.
Más adelante, el titular de la Sociedad Rural dijo que no podía tolerar que: “un funcionario riéndose diga el 44 % alegremente cuando vamos a cosechar. Eso es inaudito y no pasa en ningún lugar del mundo, solamente en la Argentina”.
Juan Mendiburu, productor e integrante de Coninagro, dijo que sentía que lo estaban “robando”. “Me están robando lo que gané y arriesgué. Hay que hacerle sentir a la población de Concordia que también la están robando”, añadió. En ese sentido, dijo que los gobernantes “parece que lo único que saben es ir a pedirle a Kirchner que les manden $ 200.000.000 cuando se están quedando con $ 2.000.000.000 por retenciones”.
Posteriormente, un productor arandanero tomó el micrófono y señaló que estaba presente porque: “así como les meten la mano a tantos productores ganaderos y sojeros no les quepa la más mínima duda que no va a pasar mucho más tiempo donde nosotros hagamos un poquito más de ruido y se van a meter con esta frutita”.
Un ingeniero perteneciente al grupo Crea (una asociación civil cuyo objetivo es promover el desarrollo integral del empresario agropecuario) dijo que en Entre Ríos, donde hay 1.300.000 has., el gobierno: “nos va a robar alrededor de U$S 300.000.000”.
Simultáneamente, el ingeniero se preguntó: “donde están nuestros representantes; están solo para ir a mendigar”. Beswick, refiriéndose al tema, aseguró que el campo “tiene que tener sus propios legisladores”.
El representante de Crea también puntualizó que el “boom” del campo tiene sus efectos positivos en el interior de la provincia. “Los pueblos chicos volvieron a vivir; ayudan a sus policías, a sus escuelas, a sus salas de primeros auxilios. Porque si no fuera por el aporte de cada uno de nosotros no tendríamos educación, ni policías que tenemos que pagar el combustible. Esas cosas no se saben”.
Por su parte, César del Cerro, ex presidente del Centro de Consignatarios, dijo que mientras se ven cuadras de asfalto nuevo en la ciudad, los caminos y puentes rurales están en pésimo estado. “No vemos los recursos que el país recauda”, indicó.
Las voces del campo
Besewick dijo que los problemas son los “cambios constantes de la política agropecuaria del gobierno. Un año ponen una cosa y cuando vas a cosechar te la cambian”, indicó. El titular de la Sociedad Rural explicó que los ciclos de la naturaleza son de largo plazo. “Cuando vos plantaste o compraste un animal para engordar, te clavaste por dos o tres años. Vos no podes comprar una mercadería y decir al día siguiente no me sirve y la cambio. No podés aguantar esas idas y vueltas”, explicó Beswick.
Beswick respondió el argumento del gobierno que señala que el campo tiene ganancias extraordinarias por la suba de los precios de los alimentos a nivel mundial. “Creo que es relativo porque también el gobierno tiene ganancias extraordinarias. Nunca el Tesoro tuvo U$S 50.000.000.000 guardado”, indicó. En consecuencia, dijo que las condiciones internacionales podrían aprovecharse aún más: “si hiciéramos un poquito a favor de todos”.
Un productor ganadero, Justo Reta de Urquiza, señaló que “así no se puede seguir trabajando”. Calificó a las retenciones como “un robo”. “Lamentablemente están terminando con la ganadería, con la citricultura y otras actividades”, agregó. Desde su óptica, el gobierno “debe dar marcha atrás con las retenciones” y “sentarse con las entidades para consensuar algo razonable para que todo el pueblo pueda comer carne y granos, y exportar”.
“No nos gusta estar en la ruta ni cortar rutas. Sólo queremos que nos dejen trabajar”, indicó Reta de Urquiza. Luego añadió que el sector ganadero “está pasando un momento malísimo por todas las políticas cerradas que está tomando el gobierno. Nos estamos quedando sin vacas en la Argentina”.
Julio Garaycochea, otro productor ganadero y agricultor simultáneamente, argumentó que la elevación de las retenciones a la soja sólo tiene fines recaudatorios porque la oleaginosa “no tiene ninguna incidencia en el mercado interno”. “Esto habla a las claras que es meterle las manos en el bolsillo al productor para acrecentar las arcas del Estado en detrimento de todo el interior”, añadió el productor.
“Creo que lo que tiene que hacer el gobierno es sentarse con las entidades, cosa que no ha hecho ni ha intentado. Lo único que hace es escaparse”, indicó Garaycochea. El manifestante señaló que en este paro quedó manifiesto que “las bases han superado ampliamente a la dirigencia porque la rentabilidad es negativa”. Incluso señaló que si no se advierten lo que sucede “en poco tiempo va a faltar carne, de hecho ya está faltando, va a faltar leche y la soja va a dejar de ser un negocio”.
Un viverista y productor de citrus, Carlos Peliquero, expresó que desde su sector se adhería a la movilización porque las retenciones “a la larga terminan afectando a todas las producciones agropecuarias”. No obstante, indicó que el principal problema son las barreras sanitarias europeas. “El productor chico y mediano está atravesando una problemática muy dura”, indicó. Además, indicó que los insumos como urea, glifosato “se han ido para arriba” mientras que el mercado interno “está varado”.
Pasadas las 12:30 se terminó el acto mientras humeaba un fuego del otro lado de la ruta respecto del lugar donde se concentraban los productores. Una parrilla ya estaba dispuesta para recibir unos chorizos con los que los productores iban a soportar el tórrido mediodía. La intención de los manifestantes era aguantar hasta “las cuatro de la tarde”, según Beswick, y realizar otro acto a esa hora.