En la ordenanza que se votó no se fija ningún valor pero se establece una escala de descuentos destinados a distintos públicos como excusiones de turistas o de estudiantes, jubilados y se mantiene la gratuidad para personas con capacidades diferentes.
El 50 % de lo que se recaude se repartirá en partes iguales entre todos los museos y el otro 50 % en forma proporcional a la cantidad de entradas vendidas. “Es una cuestión para que los museos promuevan el ingreso de visitantes”, indicó.
Guitar admitió que cobrar entrada en lugares donde actualmente no se exige ninguna contribución económica puede ser visto como un “retroceso”. No obstante, a renglón seguido, manifestó que de esa forma se va a incentivar a una mayor actividad. “También es cierto que los museos necesitan recursos para mejorar el servicio que le dan al visitante en folletería, en los cómputos para manejar información y para hacer invitaciones a las escuelas”, dijo.
La cuestión surgió como consecuencia de la puesta en valor de las ruinas del Castillo de San Carlos. En el centro de interpretación que se instaló en San Carlos se cobra la entrada a concordienses y turistas. “La inversión hecha en las ruinas y el elevado costo de mantenimiento de lo que es luminarias y el resto del recorrido amerita que se cobre un canon. Sino volvemos a un acceso libre que comienza a ser descuidado”, opinó.