De ningún modo se me escapa que esta es la misma Corte a la que tantas veces hemos saludado y festejado por que a diferencia de cualquier otra, sus miembros llegaron allí luego de pasar por el tamiz del debate democrático.
Precisamente esta Corte cuyo prestigio se asienta en el modo democrático con el que llegaron a ocupar esos cargos, es la misma que desde hace 4 años prefiere que Clarín y sus adláteres de la justicia a través de cautelares, desconozcan la ley e impidan que pueda aplicarse.
Así, esa justicia, se erige en un poder supremo, casi reinal que está por encima del resto. Enferma de asco saber que utilizan a este gobierno y sus cuitas con el oligopolio Clarín, para esconder lo principal, esto es, que a este gobierno solo le quedan 2 años en el poder y que, por tanto, esta ley no servirá a los supuestos oscuros designios de “la yegua”, sino a los gobiernos que decidamos darnos a partir del 2015.
Esos gobiernos, no tendrán (para gobernar tranquilos) la espada de Damocles que significa un grupo que históricamente se ha jactado de voltear gobiernos con 4 o 5 tapas seguidas que hoy, son además de las tapas, los más de 260 medios de radio y televisión con los que cuentan en todo el país y con el que hacen repiquetear sus operetas.
EL PROCESO Y LAS OPINIONES
La ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, más conocida como la ley de medios se aprobó y promulgó hace 4 años y sin embargo la ley no puede entrar plenamente en vigencia porque el grupo más afectado por esa ley (Clarín), que democratizará la palabra se opone y porque la justicia con asqueante impunidad se lo permitió.
Ayer fueron muchos los expositores ante esta convocatoria tardía e innecesaria de la Corte. Quien entre otros podría decirse que desnudó la operatoria fue, valga destacarse, una integrante de esta justicia. En rigor, hablamos de la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbo, quien calificó como una «falacia presentar como un conflicto entre Gobierno y empresa».
«Se simplifica la realidad, se minimiza el poder del grupo empresario y desde esa posición de falsa debilidad se invoca la lesión al derecho a la expresión y así se desvía la atención del asunto principal, porque lo que está en juego es uno de los bienes más preciados de la República, la libertad de información y expresión», afirmó.
Otra disertante que descubrió el velo fue la titular de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Cinthya Ottaviano, quien también se pronunció por la constitucionalidad plena de la ley para lo cual leyó reclamos de usuarios del interior del país sobre presuntas conductas abusivas de la empresa Cablevisión, perteneciente a Clarín, entre otros argumentos.
Otra voz destacable fue la de Beinusz Szmukler, titular de la Asociación Argentina de Juristas que, en aval a la Ley aseguró que Clarín es un «monopolio informativo integrado a la red mundial de la desinformación, basada en el ocultamiento de la información que los perjudica» y «en la sobrecarga de información banal e inútil».
Finalmente, en apoyo del Estado, expuso el titular del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Horacio Verbitsky, que rechazó la «escandalosa dilación judicial que paralizó durante 4 años» la aplicación plena de la ley y criticó la forma en que la Corte Suprema de Justicia convocó a la audiencia que se desarrolló ayer y continua hoy.
También en representación del CELS, Damian Loreti brindó la argumentación técnica del organismo a favor de la ley y destacó que «principios y declaraciones del sistema interamericano de justicia establecen que los monopolios deben estar sujetos a leyes antimonopólicas por cuanto conspiran contra la democracia».
CLAVE
El argumento principal de Clarín es que si no fueran tan fuertes como son, quedaría expuesta la «falta de sustentabilidad» en caso de que se apliquen las cláusulas antimonopólicas de la ley.
La pregunta los dejó al descubierto «Si la libertad de expresión requiere un volumen económico como el de Clarín, ¿qué pasa con los demás? ¿No está coartada su libertad?», inquirió la Corte.