Ferreyra, presidente de la Asociación que agrupa a los horneros de la ciudad y agrupa a unos 150 integrantes de La Bianca, Salto Chico, zona Sur y el puente Alvear, según manifestó. “Hace rato que venimos y entregamos un petitorio y notas en la Provincia y en la municipalidad porque en la última creciente perdimos toda nuestra pequeña producción”, indicó. “Cada vez que crece o largan agua nosotros perdemos todo el trabajo que hacemos. Se lo lleva toda el agua y eso es el sostén de cada uno; con eso sostienen a sus familias. Poco o mucho pero tienen para vivir”, indicó.
Entre tanto, una parte de los ladrilleros estacionaron sus carros y ocuparon la cinta asfáltica en la esquina de Mitre y Pellegrini y los otros se apostaron con una pancarta en Urquiza y peatonal, lo que impedía a los automovilistas cruzar por ambos sectores.
El pedido concreto es de una ayuda económica concreta. En cambio la provincia les ofreció herramientas de trabajo. Ferreyra sostuvo que a los reclamantes no les sirven las herramientas. “Las herramientas las tenemos. Lo que perdimos fue el adobe”, indicó.
Según explicó el representante de los ladrilleros, 1.000 ladrillos cuesta $ 1.800. Y sostuvo que cada trabajador de ese rubro perdió cerca de $ 13.000 con la inundación. “Sacá la cuenta y ellos nos quieren dar 100 palas y somos 150 obreros. No nos alcanza ni una pala para cada uno”, indicó. En cambio, dijo que lo que querían eran: “$ 4.000 o $ 5.000 cada uno para recuperar aunque sea la mitad de lo que perdimos porque se que no hay plata pero algo tiene que haber”.
El jueves de la semana pasada quedamos en que nos iba a atender el intendente hoy acá. Néstor Loggio (secretario de Producción municipal) y ‘Palito’ Orabona (secretario de Gobierno municipal) nos dijeron que nos iban a atender hoy martes a las 10 de la mañana. Venimos a las 10 de la mañana y el intendente se fue y ahora me acaban de decir que el intendente en ningún momento le dijeron que tenía que reunirse con nosotros”, señaló. “Ya veo que nos están tomando el pelo o de b…”.
En realidad, el intendente estaba en su despacho pero no tenía previsto atenderlo a Ferreyra por los antecedentes. El 26 de octubre de 2009, Bordet efectuó una denuncia en Tribunales por amenazas y extorsión a dos referentes vecinales del PJ, uno era Ferreira y el otro el “Chino” Taborda de Maria Goretti que le habían enviado un mensaje de texto en el que le decían que, si no cumplía, “vamos a ir a quemar gomas a tu casa y a la del gobernador”.
Más acá en el tiempo, en noviembre de 2013, el coordinador general del Ministerio de Trabajo de la Provincia, Guillermo Peñalver, radicó una denuncia por el delito de reducción a la servidumbre, por el caso de los 48 misioneros que vinieron engañados a cosechar arándano y fueron hacinados en un local sin techo ni baño en la zona Sur. El funcionario precisó que tanto la cartera que representa, como la policía de Entre Ríos, hicieron constataciones en el lugar y según estas actas, el contratista sería Pedro Miranda, mientras que el local figuraba a nombre de Ferreyra.
En un momento dado los ladrilleros dejaron la calzada y se aproximaron varios autos. De inmediato, volvieron al lugar e impidieron que cruzasen a pesar de los bocinazos y algunos insultos. Los automovilistas debieron volver marcha atrás ante la intransigencia de los manifestantes. “No queremos hacer esto porque perjudicamos a todos pero no nos queda otra”, explicaba el representante de los horneros.
Para quienes no conocen, los ladrillos no se fabrican amasando barro y dejando que se sequen al sol. El ladrillo se construye con tierra, aserrín y viruta. Los manifestantes se quejan debido a que antes conseguían gratis los insumos y ahora se los cobran, incluso hasta la viruta en los aserraderos. “En invierno tiene un proceso que lleva 20, 30 días para que seque para después quemarlos. Ahí tenés que tener el insumo de la leña que tenés que comprarla que es cara. El viaje sale más o menos $ 600. No es amasar barro sino que lleva un proceso y si lo haces mal perdés toda la producción”, indicó.
Ferreyra indicó que iban a permanecer en ambas esquinas hasta que saliese Bordet y les respondiese si los iba a ayudar o no. “Después nosotros sabremos que hacer”, manifestó.