Consultado por los medios, el ministro de Hacienda, Diego Valiero respondió que “la propuesta (al sector docente) surge de evaluar los montos de coparticipación federal y de impuestos provinciales que esperamos recaudar en el período”. Dijo además que “el nuevo gasto” en pago de haberes obligará a realizar “una adecuación presupuestaria”. Dicho así, la medida parecería quedar sujeta al modo en que estas expectativas se hagan palpables. Pero las cosas están más firmes de lo que se plantea.
Consultado por EL DIARIO un conocedor como pocos de los números de la provincia y de las políticas del oficialismo, señaló que “la plata está” aunque no figure en la ley de leyes. Graficó diciendo que “hay plata escondida” para dar cumplimiento a estos anuncios aunque sin atarse a las determinaciones y los tiempos que impone el texto de una norma.
Lo cierto es que el proyecto de Presupuesto, en tratamiento ahora en la Cámara de Diputados, tiene claramente subvaluada la pauta de ingresos. Sin embargo, habrá que hacer frente a 58 millones y medio de pesos en el segundo semestre del año (incluyendo el medio aguinaldo) para efectivizar los aumentos para docentes y para las distintas áreas de la administración pública.
Según el consultado, “el presupuesto es muy conservador en los números de ingresos. Pero evidentemente éste es el gobierno que tiene los mayores ingresos de la historia. No ha habido gobierno alguno que tenga más plata que éste”, calculó para luego fundamentar su estimación, entre otras cosas, en que los ingresos por coparticipación nacional han aumentado un 46 % respecto al año pasado a lo que se agrega la recaudación provincial que ya tiene —en cuatro meses— una suba del 9 %, respecto a 2003.
La pregunta que surge entonces es para qué se subvalúa el ingreso en el proyecto de Ley de Presupuesto 2004. Si se hubiera remitido un proyecto de ley que consigne un incremento, por ejemplo, para los docentes, se estaría hoy ante un extenso debate de difícil solución en torno al modo de subir los sueldos de toda la administración pública.
“Cuando vos destapas la olla de lo salarial, no se para más el reclamo”, sostuvo el consultado que graficó que “primero están todos aquellos para quienes el sueldo no alcanza para comer; pero después ves que en el medio hay gente que pide un incremento justo y así seguís en todo el escalafón. Llegás hasta los de más arriba, los jueces y los legisladores”, señaló.
De aprobarse el proyecto tal como se lo redactó, será el Ejecutivo el que maneje los tiempos para concretar los aumentos salariales que se harán efectivos con ingresos que hoy no figuran en el Presupuesto. Esto, en términos políticos, redunda en un control de la “presión” por incrementos salariales que, en lógica oficial, se podrá ir aliviando según se vaya requiriendo en cada caso.