El propietario de la vivienda estaba durmiendo en su habitación -el resto de la familia había salido- cuando se despertó alarmado porque en otra de las habitaciones se había iniciado el fuego. Las llamas consumieron toda la habitación incluyendo camas, muebles de madera y algunos artefactos eléctricos. El fuego se extendió y alcanzó la cocina dejando inutilizados diversos artefactos y otros muebles que se encontraban en su interior.