“Hicimos consultas con la base y salió darle una tregua a ver si el gobierno se despierta y nos aumenta un poquito más”, sostuvo González Russo. Por un lado, decidieron no sumarse a la medida de fuerza por los descuentos. “Nos duele un montón que nos descuenten”, indicó. Por el otro, el temor por la estabilidad laboral. “En las privadas hay temor por la estabilidad. En el 95 % de las escuelas sucede eso”, expresó.
Por ese motivo, en las escuelas céntricas donde funcionan la mayoría de los establecimientos confesionales de EGB 3 y nivel medio, los docentes concurrieron a clases. Cuando se toma personal, las autoridades les explican el mecanismo de trabajo. “Se les sobreavisa: ‘bueno, te tomamos pero acá paro no se hace’. Entonces nosotros también tenemos que velar por esos compañeros”, indicó la referente de Sadop.
En cambio, en Sadop estimaron informalmente que el 80 % de los docentes de las escuelas primarias y periféricas decidieron sumarse a la huelga de Agmer. “Sabemos que hay docentes que adhirieron igual al paro pero eso ya es muy personal. Corre por cuenta de cada docente”, indicó.
Desde el sindicato, la estrategia es colocar carteles de protesta y pasacalles en lugares estratégicos de la vía pública como la puerta de las escuelas y en la Dirección Departamental de Escuelas. “Estamos buscando frases para reclamar y que la gente y los padres sepan que nosotros no estamos conformes con lo que recibimos de sueldo. Que ellos también no apoyen en el sentido de abrirles los ojos al gobierno y a los apoderados legales a que nuestros sueldos sean un poquito más dignos. Realmente no están acordes a la canasta familiar”, indicó la congresal provincial.
González Russo explicó que los sueldos del ámbito privado son similares a los que se paga el Estado. “Y a la propuesta que dio el gobierno es la misma para nosotros como para cualquier otro gremio de docentes entrerrianos”, dijo.