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El 18 de mayo de 1810, dice la historia, comenzó la semana de mayo. Hoy 194 años más tarde, un 18 de mayo los Diputados del Nuevo Espacio Entrerriano denunciamos ante el INADI la discriminación de la que están siendo objeto los trabajadores de la disuelta Fiscalía de Investigaciones Administrativas de nuestra Provincia.
No es casual que la revolución de la conciencia que plantea el NEE, coincida con aquel primer ejercicio del poder que llevaron a cabo algunos valerosos «criollos» de la colonia.
Padecemos un gobierno, para identificarlo de alguna manera, tan claramente hegemónico que por momentos, cada vez mayores, no se diferencia de aquél que ejercía el Virrey. Sin embargo el Virrey era «funcional» a su Rey; el gobernador actual y sus ministros no son funcionales a las necesidades del PUEBLO y lamentablemente lo saben. No ignoran lo que están haciendo, es más, saben perfectamente lo que han venido haciendo durante todo este tiempo que se da en llamar «la vuelta a la democracia».
Hasta cuándo la políticamente autollamada «clase dirigente» va a poder vivir como dice Vargas Llosa «la vida como teatro». No son fundamentalistas sin almas ni monstruos de frialdad, sin embargo no dudan de lo que hacen, es decir traicionar minuto a minuto al PUEBLO cuya confianza han conquistado y al que finalmente van a continuar hundiendo en la ignorancia, la enfermedad, el descrédito y la falta de fe.
Creo que por ahora nos hubiera alcanzado con que un gobernador sea un buen administrador (–pese a la inteligente diferencia planteada por Rogel en el recinto–). Los otros no lo han sido, tampoco lo ha sido éste ni lo está siendo. El estado de las cuentas públicas lo prueban y el proyecto de presupuesto que enviara no deja lugar a duda alguna de cuál es su «política de estado» (con minúscula, no por las enseñanzas de García Venturini, sino para parangonar el nivel a que apunta).
Clientelismo y manejo discrecional, con órganos de control que solo saben hacer algo que termina por no ser suficiente. De muestra basta un botón: qué pasó con el Tribunal de Cuentas de la Provincia de Entre Ríos en el caso de la Escuela n* 71 de la ciudad de Concordia?. Adonde fueron a parar los prácticamente U$S 100.000,00.-?, porque el mencionado Tribunal jamás tuvo la intervención que por ley le compete. No se enteró? Será por eso que a este organismo Constitucional hay que remitirse cuando de corrupción económica se trata?. No conozco político tradicional que no levante loas a éste y sí barrunte contra la ex–FIA.
La denuncia busca que no exista discriminación de parte del Gobierno, máxime que éste se dice democrático; pero también que no se logre silenciar el conocimiento que estos trabajadores del Estado tienen de la corrupción estructural existente. Y desde una mirada más profunda que la «clase política» no muestre una actitud xenófoba para con estos trabajadores, que únicamente han tenido la virtud de hacer el trabajo para el que estaban contratados.
La actual revolución por lo tanto es advertir que lo anormal es anormal, así de sencillo y simple. Así también de complejo y profundo, porque lo anormal es la normalidad nuestra de cada día (algo similar al miente, miente, que algo siempre queda).
Antonio E. Máinez