LOS NUMEROS QUE DEBEMOS TENER PRESENTES
Apenas finalizada la elección interna conocida como PASO (Provisorias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) el sociólogo, consultor y titular de la Empresa Hugo Haime y Asociados, difundió una encuesta en la que se les preguntó a los votantes de la presidente CFK, cuál era su procedencia política, es decir, a qué partido pertenecían.
Casi la mitad de los encuestados (49 %) respondieron que provenían de sectores independientes y no del justicialismo que, según el encuestador, solo representaron en ese estudio, el 18 % del total de votantes cristinistas. A su vez y siempre según esa misma boca de urna, el 10 % de votantes se manifestó Kirchnerista puro ; otro 10 % manifestó tener procedencia radical y el 10 % restante era un popurri de socialistas, comunistas, izquierdistas sin partidos, etc.
Probablemente este dato haya habilitado a los analistas de aquí y de afuera a asegurar que la presidente comanda “una coalición progresista moderada”, ya que “la amplitud de su triunfo no puede explicarse sin el concurso decisivo del voto progresista independiente”. ¿Quien puede animarse a decir que en Entre Ríos y en Concordia fue distinto?.
Solo basta mirar los números de anteriores elecciones y de lo que ocurrió en esta para sacar conclusiones aproximadas. El peronismo, se sabe, no ha sido nunca un partido homogéneo, esto es, convivieron siempre en ese espacio sectores de derecha, de izquierda y de centro cuya coincidencia principal es la preocupación por el poder.
Siempre fueron unidos, hasta el 2003 cuando producto de un acuerdo y en virtud de una oposición casi inexistente, decidieron, presentar varios candidatos por el mismo espacio. Así, participaron de esa elección 3 candidatos peronistas, Adolfo Rodríguez Saa, Carlos Menem y Néstor Kirchner.
A partir de allí quedó cada vez más explicitado el sector de pertenencia ideológico de cada uno. El conflicto con el sector más favorecido del campo terminó de dividir las aguas y el peronismo dejo de ser lo que fue siempre. La división fue más virulenta que con partidarios de otras fuerzas
Si se computa que la base social de votantes peronistas desde 1983 en adelante siempre fue de alrededor del 35 % y que el 10 y poco restante eran votos que fluctuaban, no es descabellada la encuesta de boca de urna que señala que el 18 % de votantes K son peronistas sin otro aditamento
En ese esquema, la otra mitad de peronistas son la contra peronista de derecha representada por Duhalde, Rodríguez Saa, De Narvaéz, Busti, Reuteman, Menem, etc.
DE DONDE PROVIENE CADA CONCEJAL
Los concejales ordunistas, sector al que pertenece el actual ministro de salud Ángel Giano, son el abogado Diego Lascurain, cabeza de lista y además asesor de la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay) y la ex edil Irma Bergalio, docente y ex titular de la Dirección departamental de Escuelas. Esta ex concejal bueno es decirlo, fue impuesta por Hernán Orduna ya que, para ese lugar era casi número puesto, Silvia Aguilar, mujer de José Rodríguez, el secretario de Giano en el ministerio de salud. De este grupo fue Bergalio quien propuso en la primer reunión de bloque a Lascurain como Vice 1º.
El otro grupo está integrado por el llamado crestismo. Aquí militan el ex funcionario municipal Alberto Armanazqui y Paola Ruíz Díaz vecina de La Bianca y empleada municipal. Aunque no fue propuesta por ellos se asegura que también abreva aquí, Graciela “Nené” Zalasar, la actual concejal que repite mandato y que ingresó al concejo de la mano del crestismo en 2007. De confirmarse, este grupo contaría con 3 ediles. Para no perder tiempo Zalasar se propuso a sí misma “considerando que soy aquí la más antigua de todos en el cargo”.
Está también Claudia Sanabria, integrante periférica del Movimiento Evita, que no estaba en los planes pero el cupo femenino fue su varita mágica y el abogado Mariano Giampaolo que repite mandato y que contó para seguir en el lugar con el apoyo del gobernador Sergio Urribarri. En esa reunión Giampaolo creyó que debía ser él quien ocupe la vicepresidencia 1º. Este concejal es actualmente presidente del cuerpo.
Eduardo Mozetic, es integrante de la Federación de transportistas de camiones, o sea la patronal de camioneros y primo del Intendente Gustavo Bordet que nunca se creyó que ingresaría ya que estaba en el lugar Nº 9. Menos aún se suponía que iba a ingresar Teresita Barbieri gremialista propuesta por la CGT que ingresó estando en el lugar Nº 10.
El otro concejal electo es Miguel Guitar empleado bancario y estudiante universitario recién recibido (licenciado en sistema) y ex integrante del consejo de la facultad de Ciencias de la Administración en representación de los estudiantes.
A su turno, Guitar propuso escuchar la opinión de Bordet y Urribarri. Es que, se asegura, Urribarri le habría prometido a su mentor Edgardo Jakimchuk, que lo designaría como vice.
Como se observa, quien llegue a ese puesto tan reclamado no será el producto de un debate sobre los proyectos de ciudad o la convocatoria político-ideológica, sino, la trenza o el dedo. Nada nuevo bajo el sol, nada que haga honor a ese riquísimo debate que se da en cada rincón del país. Habrá que esperar.
EL CONCEJO COMO CAJA DE RESONANCIA
Aunque se trate de una verdad de Perogrullo, el Concejo es el órgano de la democracia por excelencia, es o debiera ser el lugar de debate y profundización de las ideas, por allí deben pasar, se supone, los proyectos de ciudad, en fin, un lugar de resonancia y de privilegio para aquellos a quienes les preocupa hacia dónde va la ciudad y/o hacia dónde podría ir si se lo proponen.
A pesar de esto, desde hace tiempo el concejo ha dejado de ocupar ese lugar. Los ciudadanos y por tanto los que ocupan el Poder Ejecutivo han dejado de considerarlo. Apenas si resultan un trámite que, para colmo de males, es casi burocrático desde que la oposición se tiró a la marchanta y no genera ningún tipo de política que los ponga en la consideración pública.
En otros tiempos, el concejo deliberante produjo debates memorables y que aún se recuerdan. Por caso, fue el que declaró persona no grata al asesino y torturador, Héctor Febres que, por esos días era un personaje distinguido por la pacatería concordiense, por los sectores civiles ligados a la dictadura y por la prensa de ese momento. También resulta imposible de olvidar la pelea que se dio en ese cuerpo a favor y en defensa de Salto Grande para impedir su privatización.
La sociedad necesita de un concejo que mueva el avispero, que provoque debates y que nos haga sentir que vivimos en democracia.
Quedará para otra nota la incidencia que podrán tener en el concejo los ediles Celedonio Zadoyko, Melina Mazaira (MARCO) y el radical Ariel Gorostegui.