El concejal Marcos Wdowiak (Bloque Vecinal) expresó en el recinto que el Ejecutivo pretendía que el Concejo aprobase, sin más dilaciones, el aumento de la tasa. “Se pretendía, el mismo día de su elevación (jueves 1º de junio) el tratamiento sobre tablas su aprobación y posterior ejecución de las modificaciones”. Ricardo Larocca (UCR) mencionó que el Ejecutivo pretendía una aprobación “relámpago”. Tampoco prosperó el pedido del edil vecinalista, quien propuso que las modificaciones comiencen a regir a partir del cuarto bimestre.
El oficialismo aprobó la readecuación en forma nominal. Sin margen de disidencias, hasta el concejal Jorge Ferrera (PJ) –quien había intentado jugar un papel más independiente dentro del bloque expresando su disidencia en otros temas- levantó su mano, e incluso intentó “chicanear” a Wdowiak al enrostrarle que, ésta vez, se sentía afectado en sus intereses. En cambio, a su criterio, el vecinalista exhibió menos “vehemencia” al momento de tratar la suba del boleto de colectivos.
En cambio, la oposición negó su voto en conjunto, exceptuando al concejal Roberto Chabrillón (Todo por Concordia), quien faltó a la sesión. Su ex-compañero de banca, Wdowiak, pidió que el proyecto retorne a comisión. Recomendó que se le otorgue un tratamiento más “extenso” y “profundo” al tema. “Recién ayer, tuvimos la posibilidad de tener alguna explicación de la extensión y los alcances del proyecto”, argumentó.
Además, mencionó que existen numerosas irregularidades en el catastro municipal. Casas que figuran en categorías inferiores para tributar menos o la declaración de metros cuadrados menores a los existentes. “Estamos hablando de viviendas suntuosas de muchos metros cuadrados construidos y que en catastro municipal figuran como casas de escasos valores, precarias, si no es que figura como baldío. Y por ende tributan con los valores mínimos cuando deberían contribuir con otros tipos de valores”, expresó. Wdowiak recalcó que, corrigiendo esas falencias, se podía lograr una mayor recaudación sin necesidad de llevar adelante una modificación de la tasa.
Como descargo, Martín Santana (PJ), expresó que no se trata de un error premeditado sino de “inconsistencia de datos reales”, originados por el traspaso de datos del sistema informático Cobol a su similar Sipam, y por responsabilidad de los empleados municipales, en parte por “la cantidad de trabajo que se tenía en ese momento”. Y agregó la posibilidad de que los propietarios hayan sido asesorados por profesionales para insertar omisiones en las declaraciones juradas.
Por otra parte, Wdowiak mencionó que “la mayoría de los concejales no conoce a ciencia cierta la extensión de lo que estamos tratando hoy”. Eso se reflejó en el recinto, cuando se votaban los artículos en particular; la confusión envolvía tanto a los ediles oficialistas, como a los opositores; a la Presidencia como a la Secretaría del cuerpo. En un momento dado, no se sabía si debía votarse únicamente la modificación de algunos artículos o había que votar todos los artículos de la ordenanza tributaria.
Ausencia de obras y carencia de servicios
El edil vecinalista, incluso, se extendió en sus críticas apuntando al destino que se le darán a los fondos extras que ingresen a partir de la readecuación de la tasa. “En materia de obra pública, este gobierno, en dos años y medio de gestión, no ha hecho absolutamente nada”. Recordó que hace poco tiempo, el Concejo sancionó “en forma urgente” la compra directa de los insumos para poner en funcionamiento la planta asfáltica. “Sinceramente no sé que ha sucedido, pero no funciona”.
Larocca también criticó los gastos del municipio, al señalar que “se siguen prestando los mismos servicios que hace años atrás. Se nota mayor deficiencia, por ejemplo en el barrido de calles. Los días de lluvia únicamente la ciudad se limpia”.
El edil radical también expresó que se trata de un aumento de la tasa “encubierta”. Para avalar sus dichos, el edil indicó que el 77 % (35.000 cuentas) de los contribuyentes sufrirán aumentos en las tasas. Además, mencionó que existe “fragilidad” en el presupuesto 2006. “¿Que necesidad habría de aumentar la recaudación si hubiera equilibrio fiscal y los recursos alcanzaran?”, se preguntó.
Por último, marcó una incongruencia del Ejecutivo municipal respecto de las políticas a nivel nacional. Recordó a una frase que pronunció el presidente Néstor Kirchner, quien en febrero pasado les pidió a los intendentes que no aumenten las tasas. “De esa manera, estamos protegiendo los bolsillos populares”, decía el mandatario.
Un aumento “Justicialista”
Por su parte, Santana reveló que las valuaciones fiscales se determinan en base a tres factores: la antigüedad de la vivienda (decrece a medida que pasan los años); la categoría (de 6 hasta la 1) y la cantidad de metros cuadrados cubiertos.
El edil reivindicó el cambio de la alícuota en los distintos barrios. “Pasa de 1,43 a 1,30 como máximo, para una vivienda valuada en más de $ 50.000 que se encuentre en zona A, dentro de los boulevares o a ambas manos de la avenida Juan B. Justo”, sostuvo.
Además, subrayó que los cambios tienen un sentido “justicialista”. “Se trata de ser lo más progresivo posible el cobro de tributos y no regresivo aplicando una misma tasa para todos los contribuyentes. Se trata de cobrar menos a los que menos tienen”, añadió. Y añadió que la tasa inmobiliaria, a pesar del incremento, es “la más baja de la provincia”.
También descartó que el aumento de la tasa se origine en la necesidad de recursos extras para abonar aumentos a los empleados municipales. “Esto es algo que se viene estudiando desde hace tres meses. Me consta que funcionarios municipales han viajado a la ciudad de Paraná y se han capacitado al respecto”.