La solicitud al Concejo para disponer mediante ordenanza el emplazamiento se debe a que el predio se encuentra en una zona de uso no conforme a la ordenanza sobre uso y ocupación del suelo, la cual se encuentra en estudio para reformarla.
La nueva terminal será denominada “Juan Pablo II” y estará emplazada en un terreno ubicado en la quinta Nº 327 del plano catastral, manzanas B y C, con una superficie aproximada de 15.000 m2, entre las calles Manuela Araujo al norte, pública al sur, Arrieta al oeste y Paysandú al este.
El predio dispuesto supera ampliamente las dimensiones mínimas exigidas por la normativa vigente, “lo que permitirá que los requerimientos de espacio y arquitectónicos de un proyecto de estas dimensiones se encuadren dentro de los factores de ocupación exigidos”, se destaca en el proyecto.
También se menciona en los fundamentos que por decreto se ha creado la Unidad Ejecutora con el objeto de desarrollar el proyecto definitivo, coordinar tareas y supervisar la construcción del nuevo edificio. Se indica asimismo que el terreno elegido “cuenta con calles abiertas al uso público, constituyendo una situación favorable contar con el boulevard Paysandú como límite este, por sus 30 m. de ancho, ubicado en la plata urbana, es el acceso de tránsito pesado a la ciudad y vinculación de la Ruta Nacional Nº 18 y 130, además de que al finalizar las obras ya se habrá concluido con la pavimentación actualmente en ejecución”.
“Este proyecto otorgará a la zona circundante una fuerte influencia sobre la valorización y recomposición de esta franja habitacional que se encuentra en desarrollo y que a corto plazo contará con todos los servicios esenciales de infraestructura” se expresa en otro párrafo.
También se destaca que el emplazamiento no generará impactos negativos tanto ambientales como urbanos dentro de la trama existente. Asimismo, tampoco generará conflictos en el tejido urbano interno dada su ubicación periférica, con adecuadas condiciones de accesibilidad urbana, interurbana y regional.