“La población ha hecho un poco más de caso referente a no ir ese día a la hora antes del cierre. Pero tuvimos que hacer presencia para que muchos trabajadores puedan retirarse porque hay comerciantes que hacen un poco oídos sordos y no hacen caso a nada”, dijo el secretario general del Centro de Empleados de Comercio, Juan José Simonetti.
Esta mañana, algunos comerciantes había manifestado la decisión de cerrar a la hora señalada, más allá de que la intención de muchos era permanecer abiertos hasta que no haya gente recorriendo. El dueño de una juguetería ubicada en plena peatonal recordó que en otras épocas no había ningún tipo de regulación y podía cerrar más tarde. Y aseguró que esa decisión se debe a la necesidad de competir con las grandes cadenas que no cierran ni los domingos ni los feriados.
“La presencia nuestra es necesaria todos los fines de año, los 24 más que el 31. Yo ví que había muchos abiertos y fuimos nosotros y le dijimos que tenían que cumplir. Muchos cerraron a pedido nuestro. Estoy hablando de más de 20 comercios”, dijo el secretario general del CEC. Y sostuvo que a las 20:30 seguían recibiendo llamadas de empleados debido a que seguían trabajando. “Seguramente muchos en otros lados se nos escapan porque no tenemos el tiempo necesario para llegar”, indicó.
En muchos comercios no había ningún cartel anticipando la hora de cierre. En realidad, la expectativa de los propietarios de los negocios era vender lo máximo posible pero sabían que es difícil intentar proseguir después de las 20. “Vienen los del CEC, tiran bombas de estruendo, la corren a la gente”, dijo con un gesto reprobatorio en el rostro el dueño de un comercio de ropa en plena peatonal. Otros avisaban que el horario tope iba a ser las 18:30, 19, o 19:30.
