La demanda de mayores fondos para comedores se explica por dos motivos: en primer lugar, por el aumento de la cantidad de comensales y, en segundo, el incremento del precio de los alimentos. El secretario general no discriminó los lugares donde se produce el incremento de asistentes a los comedores. “En general, todos los delegados nos dicen que en las escuelas donde hay comedor está sucediendo este problema”, sostuvo.
Así como en cada escuela pública funciona un comedor, en la Dirección Departamental funciona la Dirección de Comedores Escolares y Comunitarios. Es que en Concordia acuden 14.655 alumnos a los comedores escolares y la Provincia destina mensualmente al funcionamiento de éstos $ 362.763. La encargada de la dirección, la ex-concejal Irma Bergalio, confirmó que hubo un aumento de la concurrencia a los comedores en algunas escuelas puntuales.
El ejemplo que mencionó es la escuela Nº 73 “Pancho Ramírez”. “Tuvo un aumento sustancial de 100 y pico de chicos desde que presentaron la nómina del año 2008”, dijo la ex-concejal. En otras instituciones escolares sucede lo mismo: la Nº 70 “Eva Duarte”, la Nº 76. En algunos casos, explicó que se debe a que aumentaron la cantidad de cursos en esas instituciones.
Respecto del presupuesto que sostiene los comedores, Stegbañer señaló que este año se mantiene el mismo presupuesto de la Copa RAN (Refuerzo Alimentario Nacional) que el de 2007. “Los insumos se compran en los almacenes de barrios y en los supermercados donde todos sabemos que (los precios) están aumentando”. Incluso, el mismo dinero debió repartirse en “mayor cantidad de chicos”. Por lo tanto, Stegbañer sostuvo que no aumentar el presupuesto es “una aberración”.
En Agmer preferirían que “no haya comedores escolares” pero la realidad indica que los comedores están profundamente arraigados desde hace muchos años. “Es una comida que tienen en el día, y sí o sí no se puede desatender”, indicó el gremialista.
La copa RAN es $ 1 por desayuno. “Nos parece poco: se compran un alfajor”, expresó Stegbañer. Por ese motivo, en los últimos congresos de la entidad se incluyeron reivindicaciones sobre el tema. “Se está exigiendo al gobierno provincial el envío de las partidas en tiempo y forma y que las vaya aumentando”, expresó.
Por último, el secretario general señaló que en muchas escuelas, después de las 11 de la mañana, “los chicos están inquietos y golpean los bancos y las mesas porque llega el horario de la comida y ya no aguantan más”. Lo mismo sucede a la 16, antes de la merienda, o a las ocho, antes del desayuno. “Por ahí vienen con el estómago vacío de la casa”, expresó. Y agregó que todo se debe al “aumento de la pobreza en los sectores más complicados de la sociedad, y Concordia está haciendo punta nuevamente”.
En vez de milanesas, guiso
Bergalio aseguró que la “crisis del campo” ha generado, más que aumento de comensales “el aumento de los precios y el desbastecimiento”. Por esa razón, las cocineras debieron preparar más a menudo comidas “de olla” que habían sido dejadas de lado. Una comida de olla significa: guiso o una salsa que acompañe pastas, arroz o polenta. Es que el precio de la carne “subió de tal manera que ya era imposible darles una milanesa o una hamburguesa”. Una dieta balanceada incluye carne dos veces a la semana, pollo y lentejas una vez, etc. “Por lo menos una vez a la semana el chico recibía su trozo de carne entero y eso ya se tuvo que dejar”, indicó Bergalio.
Respecto de la copa de leche, Bergalio indicó que se la servía con “facturas, con pan y dulce”. Pero el refuerzo fue mermando en detrimento de “sanguchitos” o alfajores porque el pan aumentó. Lo mismo sucede con los lácteos. “Antes se deba yoghurt, ahora no se podía dar yoghurt y se terminó dando leche sola”, expresó la coordinadora.
A raíz de la suba de los insumos, desde las escuelas comenzaron a solicitar un aumento de las partidas. De lo contrario, y si la institución insistía en seguir brindando la misma dieta, el otro camino es endeudarse con los proveedores. “Muchas veces no hay problemas porque a la larga se reconocen las deudas pero pasado uno o dos meses el proveedor quiere cobrar y quien tiene que estar haciendo frente a eso es el directivo y creemos que no esa es la función específica”, dijo Bergalio.
El resultado fue que las partidas registraron un leve incremento que se aplicará en la partida de agosto que se liquida a principios de este mes: el presupuesto pasó de $ 1,25 (gasto diario por alumno) a $ 1,50. En consecuencia, cada escuela recibe $ 1,50 multiplicado por la nómina de alumnos inscriptos en los comedores por los 20 días en que funcionan (lunes a viernes).
Las dificultades para abastecer adecuadamente a los comedores se mantienen por la falta de partidas para el programa RAN. El 20 de junio debieron habilitarse las tarjetas para los comedores y el programa mencionado pero sólo fueron habilitados los primeros. “Para no suspender el servicio tuvieron que hacer frente a los dos con el mismo presupuesto”, indicó Bergalio. Otras suspendieron el refuerzo o dejaron de servirlo diariamente.
El programa RAN aporta $ 0,60 por alumnos: $ 0,40 dependen de la Nación y los $ 0,20 restantes de la Provincia. “El viernes pasado me informaron que el gobernador ha firmado el decreto para habilitar el depósito de esas partidas y se espera que esta semana se solucione pero ya pasaron 17 días”, expresó. No obstante, sin los $ 0,40 de la Nación, los $ 0,20 son insignificantes para hacer frente por sí solo al programa.
No obstante, ésta es la última semana de clases antes del receso invernal. “El chico no va a la escuela a recibir su copa de leche. Solamente van al comedor y en esos días disminuyen la cantidad de comensales”, dijo Bergalio. Por lo tanto, en vez de abonar la mitad de partida de julio, como se lo hacía habitualmente, se abonará la partida completa. “Con eso estaríamos los gastos que se han ocasionado en función de esta crisis entre el gobierno y el campo”, expresó.
Más chicos y menos dinero
Alejandro Marcone, director de la escuela “General Lavalle” de Estancia Grande, aseguró que en el establecimiento escolar hay problemas para servir el desayuno. La comida depende del programa RAN. Pero como no han recibido el depósito correspondiente al mes en curso, el servicio alimentario “se está estirando, buscándole la vuelta: un día se da mate cocido en lugar de leche o se achican las raciones. Se hace lo que se puede”, indicó.
La directora de la escuela primaria que funciona en el mismo edificio, según Marcone, “está desesperada esperando que empiece el receso invernal para ver que sucede más adelante”. El director dijo que en otras escuelas “han debido suspender el desayuno o la merienda, y en otras están endeudándose”.
El otro problema es que se envía la misma partida por alumno que la que se depositaba el año pasado. “Con el incremento de los alimentos ese dinero no alcanza y encima tampoco mandan para la cantidad de alumnos”, dijo Marcone. Todos los años se realiza un relevamiento para saber quienes concurrirán al comedor. En la Lavalle acuden más chicos que en 2007: Marcone estimó que acuden aproximadamente 200 cuando el año pasado concurrían 140. “El problema es que en vez de mandar más están mandando menos dinero”, precisó.
La única forma de asistir a todos es perdiendo calidad en las comidas. “En vez de hamburguesas están comiendo fideos o guisos. Nos enorgullecía en la escuela que los chicos comían muy bien y variado”, puntualizó. No hay explicaciones de la razón por la que se redujeron las partidas. “No tenemos ninguna respuesta”, expresó.