Por un numeroso cordón de prefectos, los asambleístas debieron quedarse en el cruce de las avenidas Madero y Córdoba, lo que generó complicaciones en el tránsito. La orden de los efectivos fue de no dejar pasar a los manifestantes, que arrojaron petardos y quemaron algunas llantas.
La protesta transcurrió así un par de horas, con los manifestantes repartiendo volantes a los automovilistas que pasaban por la zona. Hubo algunos forcejeos con los prefectos mientras negociaban la modalidad de la entrega de los papeles, pero fue una escaramuza de apenas algunos segundos.
Los asambleístas planeaban distribuir sus volantes en las instalaciones de Buquebús, entre los pasajeros que llegaban del Uruguay o los que partían hacia allá, en relación con la instalación de las papeleras. «Nuestra intención es pacífica. Sólo queremos distribuir unos folletos donde se ve muy bien la influencia que estas pasteras tendrán en nuestro futuro», había contado a Clarín José Pouler, de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, poco antes de la manifestación.
Sin embargo, otras voces habían generado algunas inquietudes. El ambientalista José Fritzler había afirmado: «Se va a hacer una panfleteada y se va a impedir el acceso para ver si se puede colapsar la salida del buque». Finalmente, nada de eso ocurrió.