En un principio el Tribunal puso el eje sobre la causa Moledo (un joven que fue baleado en 1985, en la plazoleta del barrio Villa Jardín, por un policía). Este era un juicio de Yedro que en la práctica debió llevar Loggio por el ingreso a la función pública del ex senador. “Yo no tenía interés directo en ese juicio por eso por ahí no tengo cosas registradas”, comenzó excusándose Loggio quien, tras disculparse en reiteradas ocasiones por “no tener presentes” los detalles, agregó “Sí me acuerdo que fue alcanzado por una ley de consolidación de deuda a la que había adherido la provincia, que esa misma ley preveía excepciones y yo recuerdo que le manifesté al Dr.Yedro que el juicio podía estar dentro de las excepciones”.
Luego continuó: “lo que me había pedido él, porque me parece que era senador en esa época, es que le gestionara esto. De manera que presenté yo ante la fiscalía el pedido de pago de este juicio. Había un pago que se había hecho a través del expediente pero no recuerdo bien la fecha ni como se efectuaron los pagos”.
Ante esto, el Tribunal preguntó si había cobrado en esa oportunidad, a lo que Loggio rápidamente respondió “El cheque me fue entregado a mí y yo se lo di al Dr. Yedro”, aunque ante los pedidos de especificación sobre la modalidad de la operación por parte de los jueces, el ex socio de Yedro no fue tan contundente en su afirmación: “Quizás le he hecho una transferencia a una cuenta del Banco Entre Ríos de Paraná. Me parece que lo deposité pero no tengo plena certeza, no creo haber viajado yo, tengo que haber echo la transferencia porque es mi forma de trabajar. Cuando era un cheque o un importe que se percibía en otra ciudad hacía una transferencia. Así que sí, he echo una transferencia al Banco de Entre Ríos”, pareció convencerse el testigo.
“¿Ud recuerda como era el pacto de cuota litis en este caso?”, le consultaron
“Lo que pasa es que el pacto de cuota litis lo hizo el doctor Yedro -señaló Loggio- yo he atendido personalmente a la señora de Moledo, quien era la que se interesó, pero esa es una cuestión que la manejó él (Yedro) y no me lo podía decir”, argumentó. “Pero el juicio en sí lo llevó usted”, se objetó. “La mayoría de los escritos los ha redactado el Dr Yedro, los escritos menores los he hecho yo y creo que ninguno de los escritos está firmado por él, no estoy en condiciones de asegurarlo porque es una causa que ya tiene 15 años. De todas maneras hay juicios que eran enteramente míos y había escritos firmados por él también, eso era común”, explicó.
Honorarios y cuota litis
Consultado sobre si había cobrado honorarios por esta causa, Loggio comenzó por aclarar que “esta causa me trajo muchos dolores de cabeza” y que si bien tenían acordado que cada cual cobraría sus respectivos juicios, en esta oportunidad Yedro resolvió cedérselos a su socio por todo lo que tuvo que padecer. “Hubo cosas en las que yo ingratamente me vi involucrado a través de los medios periodísticos y cuando se depositaron estos honorarios yo, como era lo pactado, se los fui a entregar a él y no me los aceptó porque sabía lo que yo había padecido por estas imputaciones injustas que me habían echo y que habían echo manejos amañados para el cobro de este juicio. De manera que en definitiva el honorario que en principio no me hubiese correspondido por lo que habíamos hablado con él, sí los percibí y creo que rondaban los $ 50.000”.
En cuanto a la cuota litis pactada con el cliente en la causa de Moledo, Loggio dijo desconocerla por completo “Esa fue una cuestión que trató directamente el Dr Yedro con su cliente”, explicó. “Además los pactos de cuota litis dependían del porcentual que uno conviene con el cliente en virtud de la dificultad que presenta el caso, el esfuerzo que uno tiene que hacer y, a veces, de la circunstancia desagradable que le toca vivir. En este caso, personalmente he recibido yo amenazas telefónicas porque había un policía demandado”, se lamentó.
“Una época de trabajo y de buenos resultados”
Finalmente el tribunal consultó acerca de las actividades que desarrollaba en el estudio que compartía con Yedro. “Yo me incorporé al estudio en diciembre del 83”, recordó Loggio y tras enumerar una serie casos que tenía el estudio en sus inicios, relató “Fundamentalmente en los primeros tiempos los trabajos nuestros no fueron de carácter judicial sino extra judicial. En los años 84 y 85 se trabajó muchísimo con empleados de empresas contratistas de Salto Grande que lo resolvían en el Ministerio de Trabajo”. Ahondando en aquellos primeros pasos el abogado detalló como habían surgido aquellos clientes. “Y de estas empresas nos venimos a enterar nosotros porque alguien nos había dicho desde el Ministerio que estaban en una situación irregular. Eran con contratación directa y tenían como condición no acumular causas judiciales. Esto nos llamaba la atención porque nunca nos discutían los montos que le pasábamos. Creo que en todos esos casos llegamos a hacer solamente dos juicios, los demás los pagaron todos en el Ministerio de Trabajo”, remarcó. “Hubo algunos casos que quedaron, que después vinimos a comprobar que el dato que nos habían pasado era veraz, que estas empresas habían sido conformadas para trabajar en la CTM, porque una demanda que notificamos en Buenos Aires, el colega nos informa que se trataba poco menos que de un baldío, había una oficina tapada con palos y ese era el domicilio legal de una sociedad”, graficó Loggio, quien tras recordar aquellos años reflexionó:”realmente fue una época de trabajo y de buenos resultados que me permitió a mí en el año 85 hacerme la primera casa”.